• Trozo de Luna • [Itachi Uchiha]

39. Shinpai

Después de recibir los regaños por parte de los ancianos, T/N decidió dirigirse al hospital para visitar a Kakashi, quien yacía en una cama acompañado por Gai, cuya energía contagiosa llenaba la habitación. Gai no paraba de animar a Kakashi para que se recuperara pronto y pudieran volver a combatir juntos, pero al notar la presencia de T/N, decidió retirarse discretamente, dejándolos a solas.

T/N tomó asiento en un pequeño banquito al lado de la cama donde descansaba Kakashi. Al verla, Kakashi le dedicó una leve sonrisa, agradecido por su visita en ese momento difícil.

—Es reconfortante verte aquí, T/N —expresó Kakashi con gratitud.

T/N asintió con ternura, expresando su preocupación por su estado.

—Por supuesto, Kakashi-kun. Estoy aquí para ayudarte en lo que necesites —respondió con determinación.

Con preocupación en sus ojos, T/N le preguntó a Kakashi cómo se sentía y si necesitaba algo. Kakashi admitió que aún se sentía bastante mal, pero que estaba mejorando poco a poco.

—Estoy mejorando, gracias a la atención de los médicos y al apoyo de mis amigos. Pero tengo curiosidad, ¿qué ha pasado con Sasuke? ¿Cómo está él? —inquirió Kakashi con interés.

T/N le reveló que había tenido un encuentro con Itachi y que Sasuke se encontraba muy mal debido a los ataques de su hermano. La preocupación se reflejó en el rostro de Kakashi, quien frunció el ceño al escuchar la noticia.

—Maldición... —suspiró con frustración—. Gracias por informarme, T/N —agradeció Kakashi, con una expresión grave.

Después de un momento de reflexión, T/N decidió que era hora de actuar y ayudar a alguien que lo necesitaba. Le pidió a Kakashi que se sentara en la cama y, con cuidado, lo ayudó a incorporarse.

—Confía en mí, Kakashi-kun. Haré todo lo posible para ayudarte a sentirte mejor —aseguró T/N con determinación.

Con Kakashi sentado en la cama, T/N se colocó detrás de él y, con suavidad, levantó su camisa. Colocando una mano en el centro de su espalda, cerró los ojos y se concentró en canalizar su chakra curativo. Una suave luz blanca comenzó a emanar de su palma, envolviendo el cuerpo de Kakashi en una sensación cálida y reconfortante.

Kakashi sintió cómo sus dolores comenzaban a desvanecerse lentamente, mientras T/N continuaba con el tratamiento, dedicada a aliviar su malestar y ayudarlo en su proceso de recuperación.

Kakashi, ajeno a sus propias acciones, dejó escapar el nombre de T/N en un susurro mientras el chakra curativo la envolvía, sintiendo cómo las tensiones y dolores comenzaban a desvanecerse bajo sus cuidados. T/N retiró su mano con delicadeza, pero una sonrisa reconfortante adornaba su rostro mientras le aseguraba que descansara hasta que estuviera completamente recuperado.

—Gracias, T/N. Realmente aprecio tu ayuda —expresó Kakashi con gratitud, asintiendo levemente mientras cerraba los ojos para dejarse llevar por la sensación de alivio.

Después de despedirse de Kakashi y asegurarse de que estuviera cómodo, T/N emprendió el camino de regreso a su hogar, con el corazón un poco más ligero al ver la mejoría de su sensei. Al abrir la puerta, fue recibida por Kenta, quien la abrazó con fuerza y sollozos de alivio.

—¡T/N! —exclamó Kenta entre sollozos, aferrándose a ella como si temiera que desapareciera de nuevo—. ¡Estaba tan preocupado por ti! No sabía dónde estabas, y con todo lo que ha pasado...

T/N envolvió a Kenta con ternura, acariciando suavemente su espalda para calmarlo.

—Estoy bien, Kenta-kun. No te preocupes —le aseguró con dulzura—. Todo está bien ahora.

Kenta se aferró aún más a T/N, expresando su alivio y compartiendo los detalles de lo que había pasado en su ausencia. Mencionó que Iruka los había llevado a un refugio y que se había enterado de la trágica noticia del fallecimiento del Tercer Hokage. T/N escuchó atentamente sus palabras, reconociendo la gravedad de la situación.

—Lo siento por preocuparte. Pero estoy aquí ahora, y todo está bajo control —le aseguró T/N, tratando de transmitirle tranquilidad—. Vamos a estar bien. Siempre estamos juntos, ¿recuerdas?

T/N y Kenta compartieron una cena sencilla de fideos instantáneos, disfrutando del ambiente acogedor de su hogar y la compañía mutua.

—¿Cómo te fue hoy en la academia, Kenta-kun? —preguntó T/N mientras revolvía los fideos en su plato.

—Bien, como siempre. Pero estaba ansioso por que llegaras a casa —respondió Kenta con una sonrisa.

Después de la cena, T/N acompañó a Kenta hasta su habitación, asegurándose de que estuviera cómodo antes de arroparlo con delicadeza. Con un beso en la frente, le deseó buenas noches, prometiéndole que todo estaría bien.

—Descansa bien. Mañana será otro día lleno de aventuras —dijo T/N con ternura.

Una vez que Kenta estuvo profundamente dormido, T/N regresó a su propia habitación y se recostó en su futón, sumida en sus pensamientos.

—¿Cómo manejaré todo esto? —se preguntó en voz baja mientras se abrazaba las rodillas.

Las preocupaciones la invadían, especialmente después de haber sido vista en su forma original por tantos habitantes de la aldea. Sabía que las noticias pronto llegarían al clan Hyūga y que Hiashi tendría que enfrentar las interrogantes que surgirían.

—¿Qué pensará Neji de todo esto? —murmuró para sí misma, mordiéndose el labio inferior con ansiedad.

Además de eso, la sorpresa en los ojos de Naruto la había impactado profundamente. T/N había subestimado su capacidad para recordarla, y ahora se preguntaba qué significaba eso para su relación con él.

—¿Por qué todo tiene que ser tan complicado? —susurró con frustración, pasándose una mano por el cabello.

Y aunque no estaba segura de si Sasuke la había visto en su estado, sabía que él estaba luchando por su vida, lo que agregaba otra capa de preocupación a su mente ya abrumada.

En medio de sus cavilaciones, un recuerdo fugaz inundó su mente, reviviendo el momento en que había chocado miradas con Itachi.

—¿Qué estaría pensando él en este momento? —se preguntó en voz alta, mirando fijamente la oscuridad de la habitación.

La incertidumbre y la preocupación la envolvían mientras se sumergía en un mar de pensamientos y emociones, anhelando respuestas que aún parecían estar fuera de su alcance.