107. Hōkoku

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T/N despertó de golpe cuando sintió algo viscoso en su brazo, un contacto que la hizo gritar y agitarlo desesperada, tratando de deshacerse de lo que fuera que la había tocado. Su reacción fue instintiva, una mezcla de sorpresa y desagrado. Al mirar bien, se dio cuenta de que se trataba de la babosa de Tsunade, lo que la hizo relajarse un poco, aunque no por completo. Todavía sentía un escalofrío recorriéndole la espalda.

—Lo siento —dijo, con una sonrisa incómoda—. Es solo que... ya sabes, esa textura...

La babosa, impasible como siempre, se limitó a inclinarse ligeramente, aceptando la disculpa de T/N sin mayor reacción. A pesar de los años de entrenamiento, T/N nunca se había acostumbrado a la sensación viscosa que acompañaba a la invocación de las babosas, lo que le recordaba por qué había evitado aprender ese jutsu con Tsunade.

—Es bueno que hayas despertado —dijo la babosa con su tono tranquilo y pausado—. Deberías comer algo antes de continuar. Hay un arroyo cerca de esta cueva donde podrías asearte.

T/N asintió, aún con esa incomodidad en su interior. Agradeció con una sonrisa tensa y empezó a sacar un poco de comida de sus provisiones, intentando ignorar la sensación persistente de la viscosidad en su piel. Mientras comía, su mente no dejaba de pensar en lo que había sucedido en la batalla. Necesitaba información.

—¿Qué ha pasado desde que me fui? —preguntó, esperando que la respuesta no fuera demasiado desalentadora.

La babosa, siempre directa, le relató los eventos con precisión, pero sin adornos.

—Después de que te retiraste, fue un caos absoluto. Dan Katō logró liberarse de la barrera y un gran número de ninjas de la Alianza fueron asesinados en la masacre que siguió. Tobi recuperó los recipientes Benihisago y Kohaku no Jōhei, que contenían a los Hermanos de Oro y Plata. Al final, fue una victoria para Akatsuki.

Las palabras resonaron en la mente de T/N como un martillazo. Se dejó caer ligeramente, con la espalda apoyada contra la pared de la cueva, procesando lo que acababa de escuchar. Tobi había dado un golpe devastador, y la Alianza estaba perdiendo terreno. Suspiró pesadamente, sintiendo una presión en el pecho.

—Y... ¿qué hay de la batalla en el País de las Aguas Termales? —preguntó con voz tensa.

La babosa continuó su resumen sin perder el ritmo.

—Kankurō y su división intentaron recuperar al capturado Deidara, pero se encontraron con una unidad de élite de Akatsuki. Los ninjas de la Alianza fueron paralizados por Ibuse, la invocación de Hanzō, pero Mifune intervino a tiempo para detener el ataque de Hanzō y lo desafió a un duelo. Después de una intensa lucha, Mifune logró sellar a Hanzō por sí solo. Mientras tanto, los samuráis se enfrentaron a Kimimaro y Chiyo. Kimimaro mató a varios samuráis antes de que uno de los clones de Naruto llegara para ayudar. Aunque Chiyo y Kimimaro siguen luchando, Deidara sigue cautivo y Hanzō está sellado.

T/N escuchaba con atención, pero cada palabra solo aumentaba su preocupación. Aunque habían sellado a Hanzō, las pérdidas en ambos frentes eran enormes. No estaban en ventaja, y el resultado de la guerra pendía de un hilo. Su mano se apretó inconscientemente alrededor del trozo de pan que estaba comiendo, como si eso le diera algún tipo de control sobre la situación. Pero no era así.

—Esto no pinta nada bien... —murmuró, más para sí misma que para la babosa.

Tras un rato de silencio, se levantó con un suspiro y decidió que lo mejor sería despejarse un poco.

—Voy al arroyo —dijo, dándole las gracias nuevamente a la babosa antes de salir de la cueva.

El aire fresco de la mañana le golpeó el rostro, lo cual fue un alivio después del tiempo pasado en la cueva. Caminó en dirección al arroyo siguiendo el sonido suave del agua corriendo. Al llegar, se despojó de sus pertenencias y se dejó caer de rodillas al borde del arroyo, mirando su reflejo en el agua clara. Estaba cansada, más de lo que quería admitir.

• Trozo de Luna • [Itachi Uchiha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora