Habían pasado unos días desde que T/N había recibido la devastadora noticia. En ese tiempo, se había encerrado en su dolor, negándose a ver a las personas que la visitaban. Las flores y palabras de apoyo no significaban nada en su estado de ánimo. El dolor la envolvía como una pesada nube oscura, y el mundo exterior parecía no tener lugar en su vida en ese momento. Solo permitía la presencia de Tsunade, no porque deseara hablar con ella, sino porque era la Hokage, y no podía simplemente rechazarla. Aún así, cuando Tsunade llegaba a su lado, T/N no le dirigía palabra alguna. Permanecía en silencio, mirando a través de la ventana, o con los ojos cerrados, como si buscara aislarse completamente de todo.
Tsunade, preocupada por el estado emocional de T/N, intentaba romper ese muro que había levantado entre ellas, aunque cada intento resultaba en silencio. La Hokage, consciente del dolor que T/N estaba viviendo, nunca la presionaba. Pero un día, mientras le daba de comer en silencio, Tsunade decidió hablarle de algo importante, algo que podría ser crucial para el futuro de T/N.
—Aún no han encontrado el cuerpo de Itachi —dijo Tsunade, con voz baja y cautelosa.
En ese instante, T/N, que hasta entonces había estado inmóvil, tensó sus músculos. Las palabras de Tsunade resonaron en su mente, y por un breve momento, una chispa de esperanza intentó abrirse camino entre la oscuridad de su tristeza. Pero no quería ilusionarse. No podía permitirse el lujo de creer que él seguía vivo. No ahora. A pesar de eso, asintió levemente, sin atreverse a levantar la mirada ni a preguntar más.
Tsunade, viendo que el tema había captado la atención de T/N, decidió continuar con lo que sabía que sería el siguiente paso para ella.
—Jiraiya me dejó un mensaje antes de... —Tsunade se interrumpió un segundo, como si el peso de su propia tristeza también la golpeara, pero luego retomó— ...antes de su partida. En él, me pidió que te permitiera partir en una misión muy importante. Estoy segura de que ya sabes de qué se trata.
T/N cerró los ojos con fuerza. Sí, lo sabía. La misión que Jiraiya había mencionado en su pergamino, esa misma que involucraba el legado de Kaguya. Durante días había intentado evitar pensar en ello, como si aferrarse a la cama de hospital y al dolor que sentía la protegiera del inevitable destino que la esperaba fuera de esas paredes. Pero sabía que tarde o temprano tendría que enfrentarlo. Era su deber, su destino, y quizá... solo quizá, esa misión le daría un propósito, algo que la alejara del vacío que sentía.
—Te estoy diciendo esto porque... cuando te recuperes, tienes todo el derecho de marcharte a esa misión. Lo que sea que descubras ahí podría ser crucial no solo para ti, sino para todos. —Tsunade miró con detenimiento a T/N, buscando algún signo de reacción en ella.
Pero T/N simplemente asintió de nuevo, sin mirar a la Hokage, ni siquiera abriendo los ojos. El silencio entre ellas volvió a instalarse. Tsunade suspiró, entendiendo que forzarla a hablar no sería de ayuda, pero su preocupación era evidente. Miraba los ojos vacíos de T/N, ojos que alguna vez habían estado llenos de vida, energía y determinación, y ahora no eran más que una sombra de lo que fueron.
Día tras día, Tsunade regresaba, trayéndole comida y tratando de mantener una conversación, aunque fuera unilateral. Sabía que, en el fondo, T/N no estaba lista para hablar. Sabía que cada palabra que pronunciaba, cada mirada que le daba, era absorbida por ese abismo de dolor que había en el alma de T/N.
A veces, Tsunade se preguntaba si el dolor de la pérdida de Jiraiya la había preparado para comprender mejor a T/N en esos momentos. Esa sensación de vacío, de no saber cómo continuar cuando alguien tan importante desaparecía, la conectaba a su dolor. Pero a diferencia de ella, T/N enfrentaba un futuro incierto, con responsabilidades y una misión que la esperaba.
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• Trozo de Luna • [Itachi Uchiha]
Fanfiction"Tu destino ha sido elegido en el momento que llegaste a nosotros" T/N, con sus ojos, piel y cabello blancos como la misma luna, es la encarnación terrenal de su resplandor. Su belleza evoca tanto la tranquilidad de la luna como su poderío, pero tam...