12.

342 40 3
                                    

Me estaba volviendo loco, más de lo que creí que ya estaba, la razón es Sunoo como es usual.

Hoy regresamos juntos de la universidad y nos fuimos a mi casa para resolver los ejercicios que él no podía entender, pero a diferencia de los demás días, está portando un atuendo muy revelador, quiero decir, una camiseta blanca que revela la hermosa forma de sus clavículas marcadas y parte de su piel pálida, unos jeans ajustados a sus piernas, sin dejar un poco a la imaginación, permitiendo que su trasero se notara debajo de aquella ajustada tela y sus cabellos despeinados tras haberse lanzado sobre la cama, no están ayudando mucho que digamos.

No he podido concretarme al tenerlo de esa manera sobre mi cama, mirándome con atención y restándole interés a que parte de su pecho es visible desde esa posición. Juro por lo más sagrado que he intentado reprimir estos pensamientos y sensaciones, pero esto ha salido de mis limites, si tan solo él y yo tuviéramos un padre que pudiera explicarme qué es lo que me está sucediendo, no tendría que recurrir a las vergonzosas preguntas de internet, obteniendo la respuestas de que con mi edad ya era todo un hombre y que estaba siendo un maricón al no haberme acostado con nadie aun.

Pensaba si Sunoo tendría esos mismos pensamientos, esas mismas dudas, quería saber si él también tiene que morder una toalla para que sus gemidos no escucharan después de un baño 'agotador' o si acariciaba sus brazos para intentar calmar su erección. Eso simplemente me estaba enloqueciendo...

Hay cosas que no nos hemos contado, al menos no de manera tan íntima, tal vez porque yo cambiaría el tema o él buscaría una excusa para no hacerlo, pero en este momento solo quiero hablar de eso con él, quiero aclarar mis dudas o quiero aclarar sus dudas con ejemplos prácticos. Quiero tocar su cuerpo, sentir su piel, escuchar sus gemidos de placer, solo quiero hacerlo mío, pero mi moral vuelve a golpearme, Sunoo es algo puro, Sunoo es algo inocente y debo cuidarlo hasta que él tenga sus dudas aclaradas.

—¿Cómo sacas ese resultado? —Preguntó él, alejándome de mis pensamientos. No recordaba cómo había escrito todo aquello, estaba tan perdido que había olvidado el movimiento de mi mano sobre sus apuntes.

—Solamente haces regla de tres y lo tendrás.

—Pero lo intenté y no obtuve el mismo resultado.

—Creo que la información está incorrecta, en la cantidad de personas pusiste 369, pero en realidad es 396.

—Oh...

Sunoo se veía algo sorprendido al ver sus apuntes incorrectos. ¿Por qué no pudo copiar algo tan simple? Tal vez porque estaba tan distraído como siempre.

—Debí arreglarlo, gracias, eres un genio.

—No es nada, ahora resuelve el último.

El maestro nos dejó diez ejercicios sobre la cantidad de personas que tenía un vecindario y deberíamos obtener los porcentajes de las familias que contaban con diferentes beneficios sociales, solo más tarea aburrida del maestro más aburrido de la materia más aburrida. Ya le había resuelto nueve ejercicios, porque él justificaba no saber resolverlos.

—Ese es el que no entiendo.

—Solo se sigue el mismo procedimiento del de los demás.

—Pero es que no lo entiendo, anda, ayúdame. —Susurró con voz tierna, mientras me hacía 'ojitos', mostrándome esos ojos redondos y brillantes que siempre me convencen a hacer lo que él quiere.

—Vale, pero los próximos ejercicios los harás tú.

—¿Qué pasa si son difíciles?

—Te ayudaré.

Sunoo, el chico flor ⪼ SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora