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—Sí, por favor. Se trata de un asunto personal y...

Sunoo se encontraba revisando y tomando nota de la dirección de aquel lugar, mientras yo conversaba con el editor para avisarle que no podría asistir hoy debido a problemas personales y que la sesión que me correspondía hacer ya la había realizado ayer, por lo que mi falta no afectaría en mucho.

—No tengo un justificativo realmente, pero creí que me otorgarían... —El editor entendió el asunto personal, pero debido a mi falta reportaría mi descuento, lo que por supuesto quería evitar. Sin embargo, el editor se negaba a entender y yo no podía hacer mucho. Sunoo me miró de reojo, escuchando la conversación, yo negué con la cabeza—. Está bien, hasta luego.

Cuando la llamada terminó, guardé el móvil en mi bolsillo. Me acerqué a Sunoo para darle un abrazo, en lo que él acomodaba su abrigo.

—¿Qué pasó, amor?

—Entendió que no podré ir hoy, pero aún así va a reportar mi falta y tendré un descuento.

—Creí que lo comprendería

—Es un tipo de un carácter extraño, solo olvídalo.

Sunoo asintió. Yo me dirigí hacia la puerta para abrirla y darle paso. Eran alrededor de las ocho de la mañana y el día se hallaba tan nublado como los anteriores de la semana. Sunoo y yo no pudimos dormir bien después de encontrar información sobre lo sucedido, en internet. Personalmente todo me parecía irreal, porque si bien ellos tenían una relación bastante extraña se los veía bien juntos, bueno, en los momentos en donde se encontraban juntos combinaban.

Es casi imposible de creer que todo sucedió un día antes de que visitáramos Jeju, esa fue la razón por la que no supimos nada de lo ocurrido, estábamos desconectados de todo por esos días.

Bajamos las escaleras para dirigirnos hacia el estacionamiento del edificio, sin decir mucho, porque Sunoo estaba realmente afectado por todo lo que estaba pasando. Conozco su corazón y sé que aunque ellos no le traían buenos recuerdos, él no puede simplemente estar feliz por el suceso, que de inicio ya era bastante escalofriante.

—Bebé, quiero que comas algo.

—No tengo hambre —susurró, ingresando al auto.

—Bebé...

—Tengo el estómago revuelto.

No quise iniciar una discusión sobre el tema, cuando termináramos aquella "visita" probablemente él recuperaría algo de su apetito. Por lo que solo me dediqué a conducir a las afueras de la ciudad, siguiendo el mapa de mi celular que me guiaba por cada trazo. Juraba nunca haber visto ese lugar de Seúl en la vida, a pesar de haber recorrido distintos lugares con mi motocicleta. El reclusorio mental en el que se encontraba Jungwon, se ubicaba en un lugar alejado y casi ignorado, separado de las casas y unido a una distancia llena de vacío, con una carretera que solo mostraba soledad.

—Daremos nombres falsos.

—...

—¿Me estás escuchando?

—Sí.

—Por nada del mundo darás algún dato tuyo, el caso sigue en investigación y cualquier persona puede ser involucrada, Sunoo.

—Vale.

Sunoo estaba ido, como si aquella noticia le hubiera dejado sumido en una laguna interna que no llevaba a ningún lado. Noté la tristeza en sus ojos y en algún momento la idea de conocer a profundidad el pasado de Jungwon, Jongseong y Sunoo más allá de lo que sabía, apareció.

Les diremos que somos estudiantes y que queríamos conocer algunos casos.

—...

Tardamos como hora y media en llegar con exactitud al reclusorio, quien nos recibió con un enorme letrero de metal con letras separadas que formaban: "hospital psiquiátrico Seúl". El lugar era inmenso, tan inmenso como par no poder distinguir su tamaño a simple vista. Así que para que Sunoo no se sintiera intimidado ante su magnitud, tomé su mano con fuerza y le di ánimo de ingresar.

Sunoo, el chico flor ⪼ SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora