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Amanecí sin apetito y con un fuerte dolor de cabeza. No tenía muchos ánimos de levantarme, pero tuve que hacerlo porque se me haría tarde para llegar a la empresa. Me arreglé adecuadamente con toda la pereza del mundo y salí del departamento a pasos lentos en una caminata tranquila.

No he podido visitar Seoul como lo tuve planeado desde un principio. Tampoco tengo muchas ganas de hacerlo, solo deseo regresar a Busan con mi madre y abrigarme en mi cama para no salir nunca más de ahí. Sin embargo, mi deber era quedarme hasta donde crea suficiente luego de haber cumplido con mi objetivo.

Porque Sunghoon ya tenía a alguien más en su vida, Sunghoon... ya me había apartado de su vida, Sunghoon...

Llegué temprano de nuevo, pero a diferencia de los otros días, Sunghoon también lo hizo y hoy está sonriendo como el primer día. Sobre su escritorio están sentados sus amigos y él tiene los pies subidos sobre la madera. Ríen a ratos y se empujan juguetonamente.

Me gusta verlo sonriendo... es decir, antes no lo hacía a menudo y si lo hacía, se avergonzaba y cubría la boca. Ahora simplemente está ahí, sonriendo como si no importara nada en el mundo. Decidí no pensar en la razón, porque es muy obvia. La chica con la que estaba besándose ayer, se encuentra a su lado, jugueteando con sus dedos. Desvié mi vista hacia un punto fijo, lejos de él y el instructor llegó.

Toda la jornada pasó tranquila, sin nada nuevo ni emocionante.

Sunghoon jamás se volteó a mirarme ni siquiera una vez.

—Debo recordarles, antes de finalizar este día que el trabajo es para el lunes y que no hay plazos para presentarlo después, así que por favor trabajen duro el fin de semana. —El instructor hizo una reverencia y nosotros nos despedimos repitiendo la acción.

Seguidamente todos se levantaron y empezaron a abandonar el salón. Solo teníamos dos días para concluir el trabajo, era muy poco, algunos chicos ya tenían mitad del trabajo elaborado.

Tomé aire y me levanté de mi lugar, localicé a Sunghoon con la mirada y fui tras de él luchando contra la marea de estudiantes que salía por el pasillo. Estiré mi mano y jalé de su chaqueta de cuero para que me notara. Él volteó de inmediato al sentir aquello y se detuvo.

—Tenemos que hablar. —Dije con velocidad. Él no lucía tan estresado como ayer, de hecho el buen humor se veía reflejado en su expresión amena.

Esperamos a que todos terminaran de salir y dejaran tranquilo el pasillo. Quise concentrarme, pero en serio no podía dejar de pensar en el nuevo estilo de ropa que usa, es que... le sienta tan bien y se ve tan..., no lo sé, fácilmente podría ser modelo de portada para una revista sin recibir ni un solo retoque. Me sentía avergonzado de no haber dado lo mejor de mí en verme bien.

—Emh, tenemos que hacer el trabajo. —Dije desviando la mirada.

—Ah.

Aclaré mi garganta. ¿Por qué siento que no le importa el trabajo en lo absoluto? —¿Cómo empezamos? ¿Dónde haremos el trabajo?

—No lo sé, Sungno, decídelo tú. —No iba a permitir que eso me afectara. Sigue pronunciando mal mi nombre a propósito, él quiere sacarme de mis casillas, pero no lo logrará.

—Mi nombre es Sunoo, Kim Sunoo. —Tomé aire.— Sugiero empezar hoy.

—Ajá. —Su voz se ha hecho más profunda y electrizante.

¿El lugar? No podía invitarlo a mi departamento, primero porque aun no estaba bien instalado y casi no tenía nada para comer, segundo porque estaríamos solos y eso me ponía nervioso. Si íbamos a su casa, al menos estaría su madre, oh, y ella me reconocería, obvio y Sunghoon dejaría su jueguito de "Sungno". ¡Excelente idea!

Sunoo, el chico flor ⪼ SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora