16.

106 12 4
                                    

Las luces del sol ingresaron en la habitación de una manera brusca, quitándonos el poco sueño que habíamos logrado conciliar por la noche. Sunoo y yo nos encontrábamos abrazados sobre la cama, aún conservando el tibio calor de nuestros cálidos cuerpos, y aunque tendríamos que levantarnos más tarde debido a la agenda de la presentación, decidimos disfrutar cada segundo de nuestro tiempo.

—Es lo más hermoso que he visto.

Sunoo quedó totalmente fascinado con el anillo al verlo de cerca. Sus ojos analizaban cada detalle del anillo, con una sonrisita muy bien plantada en el rostro. Yo me sentí bastante orgulloso al haber elegido muy bien, algo que marcaría nuestras vidas. Es que no solo llevaba un anillo en su dedo, sino llevaba una promesa de una vida juntos.

—Mi pregunta es... ¿debo comprar otros anillos para el matrimonio?

—No lo sé, amor.

—Tampoco lo sé, nunca me he casado antes.

—Tonto...

Él se carcajeó bajito y me regaló un par de besos pequeños que pusieron mi día de buen humor. Mis dedos se deslizaron por la suavidad de su cintura hasta internarse entre sus piernas con caricias lentas, él jadeó en respuesta y de cerró sus piernas por instinto.

—¿Sigues sensible, bebé?

—S-sí...

Resoplé sus mejillas antes de llenarlas con algunos besos cursis y ruidosos.

—Soy capaz de pedirte que te cases conmigo otra vez.

—Yo sería capaz de aceptar casarme contigo otra vez.

—Ash, basta. —Ambos reímos de una manera cómplice, esperando no ser oídos por nadie, solo por nosotros—. ¿Entonces cómo pondríamos la fecha o cómo iniciaríamos los preparativos?

—Empezamos desde el día en que lleguemos a Seúl y... ¿qué te parece si nos casamos dentro de un mes?

—Vale.

—No, no, mejor dentro de tres semanas, ¿sí?

—Está bien.

—Tal vez dos...

—¿Por qué no le pedimos consejos a tu madre?

—Creo que mi mamá no debe enterarse aún...

—¿Cómo que no? Va a ser abuela.

Sunoo me miró con bastante sorpresa, tanta que dudé por un momento en decírselo directamente, porque parecía ser un tema delicado. El tema de los hijos ha estado entre nosotros desde hace algún tiempo y mi pensamiento sobre eso se ha hecho más flexible, es decir, sí tenía ganas de ser papá, claramente no quería una tropa, pero tener uno no estaba mal.

—¿Qué?

—Oh bebé, es que estuve pensando acerca del tema de tener hijos y pues... ya que estamos tomando esta decisión tan importante, pensé que estaría bien ser padres, ya sabes.

—¿Me estás tratando de decir que tú... que tú quieres tener bebés?

—O sea sí, pero uno.

—¿Quieres en serio?

—Sí.

Si no deja de mirarme con esa expresión indescifrable tendré que saltar por el balcón porque su reacción puede ser peligrosa para mi integridad. Ya sé que soy alguien difícil, pero tengo un buen corazón, en serio.

—Mi amor... —Él se lanzó a mis brazos con torpeza, le sentí temblar y reír de emoción mientras balbuceaba cosas poco comprensibles—. N-no puedo creerlo...

Sunoo, el chico flor ⪼ SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora