Sunoo, el chico flor ⪼ SunSun

35.

Sunoo es como una fuente de energía, lo tocas y te renueva. Tiene una capacidad sorprendente para borrar todo y a todos de mi cabeza para tenerlo solo a él ahí, rondando y dando vueltas sin parar, hasta enloquecer. No sé si es amor, parece obsesión, suena mejor siendo lo último.

Nadie encendió la calefacción en un día tan frío, todos nos estábamos congelando en el estudio esperando nuestro turno a posar. Tontamente seguimos con la temporada —previa— de verano que no veo por ningún lado, debemos mostrar cuerpos brillantes, aceitosos y sudorosos, con una sonrisa calurosa que provoca sed, o algo así explicó el fotógrafo. Así que nos dieron un short floral y nos lanzaron litros de aceite de coco para brillar más que el futuro de todos. Por supuesto nunca me sentí más orgulloso de mi condición física, más ahora que mis brazos se han tonificado por andar montando a Sunoo sobre la pared y la mesa.

La única manera de calentarme fue pensar en mi novio. Es que en serio parece obsesión. Una excesiva y enorme obsesión con su cuerpo; con sus curvas tan perfectas como para no lucir como una chica y ser mucho más hermoso que cualquier chico, una fusión entre lo delicado y salvaje que no me deja concentrarme; un culo que me levanta una erección en una simple imagen bastante gráfica, casi delineando lo pornográfico en referencia a lo que está prohibido y censurado incluso ahí, la causa de que pierda toda la cordura y me convierta en un bruto animal que solo sigue sus instintos más bajos, llenos de una excitación enferma.

Ah y una carita dulce que oculta todo lo demás, una carita que grita "soy la persona más inocente del mundo", una carita tan inocente que se ve preciosa debajo de mi semen haciendo fusión con el sudor de su frente; también está su encantadora voz, aquella que puede llegar a tonos tan agudos en gemidos incontrolables y gritos eróticos, que por supuesto solo me impulsan a metérsela con más fuerza hasta que sus piernas tiemblan y se desploman abiertas a los lados.

Todo es tan ardiente que mi corazón puede explorar la calidez de toda la experiencia, es extraño e incluso puede sonar tonto, sin embargo cuando me abraza y comienza a consentirme aunque le haya roto el culito, hay un imán que me impide quedarme un segundo lejos. Va más allá de sus besitos sobre mi cuello mientras susurrando me llama "amorcito" y me pide que lo abrace con fuerza, va más allá de mis instintos protectores que surgen desde lo más profundo de mi pecho y se contienen ahí porque no soy capaz de sacarlo con palabras, solo se quedan ahí a la defensiva porque saben que deben protegerlo y cuidarlo del mundo, incluso de la lejanía y el miedo. "Estás desnudo entre mis brazos, tan débil y sensible, lo sé bebé, pero no debes temer porque yo estoy aquí y seré tu escudo. El noble caballero o el forastero que se quedará en vela solo para protegerte, en cuyos brazos puedes cerrar los ojos y sumergirte en el mundo de los sueños con la seguridad de que estás a salvo". A salvo en varios sentidos: a salvo dentro de mi corazón porque nadie será capaz de sacarte de ahí y a salvo entre mis brazos porque nadie será capaz de tocarte nocivamente. Nadie, nunca y jamás.

—Nuevo, es tu turno.

Matty me empujó cuando yo no respondí al llamado del fotógrafo. Caminé velozmente hacia la pantalla verde que sería suplantada por un día de verano radiante y fresco, vaya tontería. Me sentía estúpido engrasado, aunque no iba a negar que eso me daba un toque más rudo. Sunoo se correría tan solo con mirarme, si ya lo sabré yo.

No hice las estupideces de los demás y mostrar brazos o piernas como si se tratara de un grupo de luchadores. Me dediqué a coquetear y regalar varias sonrisas, tal y como lo hizo Hyungmin, pero con más encanto. El idiota del fotógrafo no me dijo nada, de hecho continuó trabajando sin hacerme ni una observación. Terminé después de algunos minutos y me llamó Sunghoon, "sale Sunghoon, entra Yon" dijo exactamente. ¡Sabe mi puto nombre, ahora lo sabe! Esperaba dejar de ser el nuevo y tener nombre.