21.

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—Conduce con mucho cuidado por favor.

—Lo haré.

—¿Me puedes traer algo de chocolate si llegas temprano?

—Lo intentaré.

—Oh si, sobre lo de llegar temprano... por favor hazlo, sabes que es muy peligroso y estaré preocupado, ¿bien?

—Sí bebé, entiendo.

Sunoo esbozó una sonrisa cuando yo besé sus labios antes de salir hacia el pasillo y se despidió de mí con un "te amo" casi susurrado y dulce que alcancé a oír mientras bajaba las escaleras. Vale, después de haberlo pensado por más de una hora tomé la decisión de ir a la fiesta. Pensé que no dejaría que mi juventud se marchara hacia mi corazón y que todavía la mantendría sobre mis huesos debajo de cada parte de mi cuerpo, muy ligada a lo que era yo.

Obviamente las cosas serían algo diferentes. No sería el anfitrión porque había dejado las carreras hace mucho y no tendría bebidas gratis solo por cortesía, tampoco iría a coger con cualquiera que se subiera sobre mis piernas, claramente no. Solo pensaba ir, disfrutar de lo que siempre me apasionó y disfrutaría junto a mis amigos, después de todo, ellos formaron y todavía forman parte de mi vida en algún sentido.

Llevé a mi novia conmigo. Reí por lo bajo al mencionarlo, en serio decía que mi motocicleta era mi novia sin avergonzarme, joder, qué huevos tenía. Olvidé el asunto una hora después cuando una de mis piernas se durmió poco antes de llegar, no entré en pánico, no se trataba de la edad, obviamente el uso constante del auto y mi costumbre con él, me ha hecho algo sensible al brusco panorama que ofrecía la motocicleta. Ay, mis mejillas están frías.

Eran alrededor de las nueve cuando me estacioné en la esquina más cercana. Supuse que la fiesta todavía no había empezado como debería ser, porque recordaba que toda la diversión comenzaba cuando el reloj marcaba las doce y yo estaba lo suficientemente ebrio como para follarme a dos chicos con toda la energía y sin derramar ni una gota de mi cerveza. Sunoo mi mataría si escuchara mis pensamientos ahora mismo, joder, era un tipo difícil.

Recorrí el callejón a oscuras hasta verme iluminado por la luz de la puerta trasera del lugar. Ingresé con confianza y con emoción, porque muchos recuerdos se aglomeraron en mi cabeza. Recordé todo el orgullo que recorría por mis venas después de haber ganado una carrera, sabiendo que la fiesta llevaba mi nombre y que cada "salud" era acompañado de un "por Zack".

Vi a muchos tipos sobre el suelo, dormidos sobre su vomito. No recordaba que esas cosas sucedieran tan temprano, bueno, tal vez no todo resultó tan fácil para ellos hoy. Continué recorriendo el pasillo ligeramente iluminado hasta hallar la pista de baile repleta de gente empujándose entre sí, fingiendo seguir una coreografía mal dibujada. Me hice espacio en el espacio vacío de la pared que dirigía hacia los sofás del fondo, cerca de la barra.

—¡Zack, bro! —El grito retumbante de Mark dañó mis oídos más que la música a todo volumen.

Todos giraron a verme con curiosidad y mis amigos se levantaron para saludarme. No esperé tal recibimiento, al menos no después de aquella desastrosa carrera, sin embargo los chicos me guiaron hasta un sofá y me empujaron cariñosamente, como si todo hubiera quedado olvidado. Vale, yo no era un tipo rencoroso y ya todo había quedado en el olvido.

—¡Una cerveza para Zack!

Mark se colgó de mi cuello y logré percibir el aliento repugnante de cerveza combinada con... asquerosidades. Mierda, ¿desde cuándo me he vuelto tan sensible a los olores?

—¿Cuánto llevas bebiendo, bro?

—Dos días creo.

Una de las chicas me regaló una sonrisa coqueta cuando trajo para mí una cerveza e hizo el intento de sentarse sobre mis piernas. Torpemente me moví de lado, fingiendo prestarle atención a los demás.

Sunoo, el chico flor ⪼ SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora