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Esa pesadilla ha vuelto una vez más y la siento en carne propia, el dolor inhumano y mi alma quebrándose han resurgido, ya no quiero ser nadie, sé que soy un conjunto de partículas formando algo, aunque me sienta igual que la nada. No he llorado, al menos no mucho. Se trata de esa pesadilla que en realidad es recuerdo que no me deja seguir en paz, porque se aferró a mi alma y soy tan débil que permito que siga aferrándose a mí con los dientes y uñas.

No hubo nadie quien me abrazara al despertar, nadie me susurró que estaba bien y que solo se trataba de una pesadilla. Abrí los ojos sintiendo esa soledad desgarradora que te recuerda a cada segundo que no tienes a nadie y que eres nada. Las luces del amanecer luchaban por ingresar desde las cortinas, la mañana llegó sin previo aviso para despertarme. Logré distinguir las paredes de la reducida habitación del hotel que me acogió sin preguntar nada, así que en silencio tomé un baño y me negué a mirarme al espejo más que para ordenar mis cabellos, porque me veía detestable; las ojeras se habían marcado tanto que ponían en evidencia mis desvelos desde hace días.

Me vestí con lentitud, con una sorprendente y pacífica lentitud mientras mi corazón gritaba desgarradoramente: "¡Apresúrate, es tarde, apresúrate!". No usé el ascensor del hotel, bajé por las gradas contando cada escalón y suspirando de vez en cuando. Cualquiera que me viera sentiría lástima por mí y me daría una moneda, y hasta ese momento no me importó que eso sucediera, no me importaba nada. Salí del hotel despidiéndome con una amable reverencia que los empleados me ofrecieron primero, seguí mi camino por la avenida y me detuve cuando creí reconocer lo que parecía un taxi. Le hice sombra a mis ojos con una mano y logré identificar el color, realmente se trataba de un taxi. Estiré la mano y el taxi se detuvo. No lo pensé mucho sinceramente, no debatí nada ni me cuestioné nada, solo le di la dirección del departamento al chofer, junto a un: "Tómese su tiempo y vaya con cuidado por favor".

La vista era grandiosa desde ese lado de la ciudad, a diferencia del centro, las casas tenían su particularidad, las residenciales daban un aire familiar y pues era obvio, para tener una casa como esa se debe tener una gran familia. "Gran familia", cerré los ojos y esbocé una sonrisa, imaginé a Seokjoon corriendo en un gran jardín junto a uno de mis hijos, mientras Jake y Heeseung conversaban con Sunghoon sobre asuntos "importantes" que solo nos causaban risas, divisé a mi madre cargando a otro de mis hijos, también vi a Suzy y Mark jugando sobre el césped con nuestro pequeño cachorro, ¡era un día soleado y decidimos comer en el jardín! Éramos la familia más grande y hermosa del mundo entero.

Solté un suspiro cuando abrí los ojos, golpeándome con la realidad ante mí, nada de eso sería real, solo era una ilusión, un juego de mi mente que quiere lastimarme solo para complacer a mi corazón. Dejé de pensar en ello, al menos durante esa media hora de viaje que duró mi regreso al departamento. Solté un suspiro cuando estuve frente del edificio. Pagué el taxi con el dinero que Jongseong me regaló y que por lo visto era bastante, luego me conduje dentro y tomé el ascensor para subir porque ya no era consciente de mis actos, la necesidad de verlo acrecentaron mis ansias. Quería verlo, sentirlo, solo estar con él, aunque ayer deseaba que se fuera.

Era tan enfermizo y a la vez tan doloroso, peri este es mi amor, esto es lo que nos tocó a nosotros. Toqué el timbre con temor, porque no tenía las fuerzas como para sostener otra pelea, tendría que explicarle todo lo que sentí para que lograra perdonarme.

Oí sus pasos desde el otro lado de la puerta, tan veloces como sus dedos al abrir la puerta, no quise pelear en el pasillo del departamento, así que apenas abrió la puerta yo ingresé. Nuestros ojos volvieron a encontrarse, noté entonces que ambos estábamos igual de devastados. Cerró la puerta y me empujó en contra de ella para abrazarme con fuerza. Esperaba todo, incluso una pelea, pero solo recibí un abrazo fuerte y cálido, todo lo que necesitaba. De pronto le oí sollozar sobre mi hombro, mi corazón se desbordó.

Sunoo, el chico flor ⪼ SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora