6. JW

201 27 30
                                    

A él no le importó que mi madre estuviera en la otra recamara descansando.

Enterré mi rostro en mi almohada y mordí mis labios con fuerza, luchando contra los gemidos que deseaban salir ruidosos con cada impacto. Sentí sus uñas clavadas en mi cintura y sus pulgares hundiéndose en mi trasero, dejando más marcas de las usuales.

Mi cama se movía junto a nosotros, agradecí mentalmente que no impactara contra la pared. Terminé corriéndome sobre las sábanas que ya no podría lavar, le resté importancia. Apreté los ojos con fuerza, dejando que el placer me inundara mientras sentía la respiración pesada de Jongseong sobre mi cuello. 

Fue por mi culpa, dormí demasiado pegado a su cuerpo y dejé que me acariciara antes de levantarnos. No iba a negar que yo quería tanto como él que esto sucediera, porque llevábamos casi dos semanas sin vernos debido a la organización y papeleo de nuestro viaje. Extrañaba que me frecuentara y me recordara cada diez minutos que yo le pertenecía.

Él se corrió dentro, susurrando mi nombre en un tono tan erótico que sentí muchas ganas de pedirle que lo hiciéramos una vez más. Sin embargo, sabía que se nos haría tarde para llegar al aeropuerto y por supuesto, no sería nada respetuoso para mi madre que con confianza dejó entrar a Jongseong a la casa.

—Buenos días, mi amor. —Susurró mientras salía de mi interior para recostarse a mi lado.

Solté un jadeo al sentirlo fuera y de inmediato me abracé a su cuerpo. Jongseong besó mi frente con mucho cariño, después de sostenerme entre sus brazos.

—Buenos días...

—Ya casi son las ocho, Jungwon.

—El vuelo sale dentro de media hora, tenemos que levantarnos, amor.

—Lo sé. Yo quiero quedarme aquí contigo, mejor cancelemos el vuelo.

Negué con la cabeza. Ese vuelo era impostergable, por nada del mundo cambiaría ese vuelo.

—Anda, levántate, que después de lo que hicimos, tú cargarás las cosas y a mí.

Él soltó una risita y nos besamos con calma, antes de levantarnos para prepararnos.

Organizamos todo en esa media hora e hicimos el envío de las cinco cajas y seis maletas que mi madre había insistido en llevar. Creyó que necesitaría muchas cosas cuando nos instaláramos en lo que sería nuestro nuevo departamento. Eso nos daba más trabajo para nuestra llegada, pero Jongseong se ofreció a encargarse de todo y mi madre confió en él. Sé que él hizo todo eso para que mi madre le diera permiso de vivir conmigo.

Luego nosotros salimos con rumbo al aeropuerto —después de una emotiva despedida con mi madre—, arrastrando tres maletas más que por supuesto mi querido novio llevó.

Llegamos muy puntuales al aeropuerto. Encontré a Heeseung esperando en los asientos, se levantó cuando me vio y nos dimos un abrazo. Jongseong siguió de largo para dejar nuestras maletas.

Hee era el único que sabía a dónde iba, él me prometió que no le diría a Jake, porque si bien él no haría nada malo con la información, quería mantener mis planes de manera privada.

—Cuídate mucho, Jungwon. Espero que todo salga muy bien.

—Gracias Hee. Estaré en contacto contigo.

—Vale, ¡cuídate!

—¡Igualmente! —No sabía desde cuándo nuestra amistad se había enfriado tanto. ¿Desde que Jongseong y yo nos hicimos novios? ¿Desde que Sunoo se unió a sus amigos? ¿Desde cuándo?

Decidí dejar de pensar en eso, me sentía muy nostálgico con todo lo que estaba sucediendo. Avancé sin mirar atrás y encontré a Jongseong esperándome en la boletería. Ingresamos juntos y tomamos nuestros asientos cuando subimos al avión.

Me dejé caer sobre el asiento. Tenía muchas cosas en la cabeza, pero solo podía pensar en una; en alguien.

Llegaríamos a Seoul muy pronto. Aún recuerdo la conversación secreta que Jake y Sunoo tuvieron en el jardín de la universidad. Recuerdo cada palabra, cada gesto. Sunoo había vuelto a sonreír, volví a ver ese estúpido brillo en sus ojos cuando habló de su pasantía en Seoul. Me preguntaba qué tenía ese lugar de especial, caí en cuenta de que existía una posibilidad de encontrar ahí a Sunghoon, después de su desaparición.

¿Pero cómo logró saber esa información? ¿Cómo él pudo saberlo y yo no? Me contuve, mis cejas se fruncieron de rabia. Detestaba saber que él le estaba buscando, ¿qué derecho tenía él para buscarle después de lo que le hizo? El único que podía buscar a Sunghoon era yo, quien fue su mejor amigo, solo yo. ¡Nadie más, menos ese traidor!

Me giré, hallé a Jongseong dormido a mi lado con una expresión tranquila, él podía dormir tan tranquilo...

Miré hacia la ventana. Los odiaba. No, odiaba a Sunoo. Jongseong me gustaba.

Cerré los ojos, me concentré en dormir. Tendría mucho trabajo al llegar, la pasantía en EMG Models me dejaría cansado. También pensé en Jongseong quien había decidido venir conmigo. Él consiguió el departamento con ayuda de un viejo amigo, yo tendría un lugar seguro dónde dormir, él buscaría un trabajo para mantenernos. Porque Jongseong dejó la carrera hace dos años, luego de que le fracturaran la pierna un día antes del partido más importante de su vida.

Era la primera vez que nuestra universidad llegaba a la final del torneo nacional de universidades en baloncesto, y Jongseong lo hizo posible. Hasta que... le destrozaron los sueños. Cuando él no pudo asistir a la final, el equipo perdió ridículamente y él no salió de casa durante un mes. Cuando salió, me pidió que fuéramos novios y dejó el baloncesto de un lado.

El vuelo duró un par de horas, lo que tardó más fue la entrega y traslado de todo nuestro equipaje. Nosotros decidimos almorzar antes de visitar el departamento.

—¿Entonces te gusta Seoul, cariño?

—Sí, es bonito. —Miré alrededor. Seoul era enorme y tenía de todo.

Tenía que encontrar a Sunoo y seguir su rastro. Deseaba poder encontrar a Sunghoon antes de que él lo hiciera, pero era difícil. Sunoo era mi única opción.

¿Sunghoon, aún recuerdas la promesa que me hiciste? Yo no la puedo olvidar.

—Te prometo que compraremos un departamento más bonito cuando consiga un trabajo y más adelante, una casa.

—Claro.

—Jungwon. —Me llamó. Levanté la mirada, me encontré con los ojos de Jongseong. Él tomó mis manos con cuidado y las acarició.— Quiero... darte todo lo que mereces, eres mi vida, ¿sabes?

—Tú también eres mi vida, Jongseong...

Solo hasta que encontrara a Sunghoon, solo hasta eso.

Luego del almuerzo, partimos hacia nuestro nuevo departamento. La tarde nos recibió calurosa pero tranquila. Nuestro equipaje se encontraba en la entrada del edificio. Antes de subir todo, quisimos visitar el departamento primero. Tuvimos que subir las escaleras, porque el ascensor se usaba para cosas específicas.

Nuestro piso era el cuarto. Me enamoré del departamento cuando lo vi, tenía una linda vista de la ciudad. ¡Este era mi momento de independencia!

Sunoo, el chico flor ⪼ SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora