13.

433 59 27
                                    

—¿Cómo que conseguiste un empleo?

—Sí, en una cafetería.

—¿Qué dijo tu madre? ¿En serio ella aprobó esto?

Sunoo estaban tan sorprendido que no podía creer que yo hubiera conseguido empleo.

Aquel día me quedé en su casa, porque la estación de buses que me dejaba más cerca del trabajo, se hallaba a pocas esquinas de su casa y también porque quería pasar un poco de tiempo junto a él.

—Sí, además yo ya tengo la edad para trabajar.

—Sunghoon... debo recordarte que hace menos de una semana, gritaste como loco porque 'algo' agarró tu tobillo antes de irte a dormir y en realidad se trataba de un juguete que habías tirado.

Solté un suspiro pesado y desvié la mirada, para no ver aquella sonrisa burlona en su rostro. A cualquiera puede pasarle, nadie puede garantizar que no existan cosas extrañas o fantasmas en este enorme mundo.

—Eso no tiene importancia.

Me gustaba la habitación de Sunoo, no tenía mucho de especial, de hecho las paredes blancas le habían ver más vacía de lo que ya era, agregando que a él no le gustaba llenar cada rincón con cosas, por eso lucía fancy. Me gustaba tal vez porque todo relucía y olía tan bien como él, también porque él pasaba horas y horas ahí, dormía y se levantaba en el mismo lugar, admirando las mismas paredes. Sonaba tonto, pero me gustaba ese lugar debido a él.

Me dejé caer sobre las almohadas de su cama, él de inmediato puso sus manos en mis cabellos, aprovechando la cercanía, para despeinarlos con todo gusto.

—Sunoo.

—¿Sí?

—¿Sabes por qué el amanecer se ve perfectamente desde tu ventana?

—Umh... no, ¿por qué, científico Park?

—Bueno, cuando teníamos siete años y fuimos a aquel campamento de niños exploradores, te dio mucha fiebre y lloraste durante toda la noche.

—Ah sí, lo recuerdo.

—Cuando llegó el amanecer tú te pusiste muy feliz y tu fiebre había disminuido, permitiéndote descansar durante la mañana.

—Ajá...

—Pues resulta que esa mañana yo subí hasta la cima de la montaña más alta del lugar, para hablar personalmente con el señor sol. — Sunoo dejó de mover sus deditos sobre mi cabeza y me miró directamente, sin creer que aquella historia era real, aunque ciertamente lo era, al menos gran parte. Porque en realidad me había subido a una roca.— Entonces le llamé y él me miró.

—¿Cómo sabes que te miró, eh? —Su sonrisa se veía preciosa e inocente.

—Porque mis ojos dolieron en aquel momento. Aun así le saludé, le dije: "Hey, señor Sol, soy Park Sunghoon de primer grado, he venido a pedirte un favor".

—¿Y qué respondió? —Preguntó él, riendo.

—Él dijo: "De qué se trata, mocoso". No le culpé en absoluto, porque imagina estar ardiendo toda tu existencia y encima tener buen humor, cosa imposible. Entonces yo le respondí: "Tú tienes muchos problemas con doña Luna y probablemente por eso estás tan enfadado".

—Sunghoon, really? —Él comenzó a reír histéricamente, mientras yo trataba de ponerme serio.

—En serio y él me preguntó: "¿Cómo sabes que doña Luna y yo hemos estado teniendo problemas?" a lo que yo respondí: "Ayer ella estuvo demasiado fría y oscura, hoy tú estás ardiendo y lastimas, y Sunoo se enfermó por eso".

Sunoo, el chico flor ⪼ SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora