31.

98 11 5
                                    

Siempre hay un punto de quiebre en la vida donde las cosas sucedidas antes del punto quedan en una nebulosa en crecimiento sobre el pasado y las cosas sucedidas después del punto quedan en otra nebulosa en crecimiento sobre el futuro. Ambas igual de extensas, ambas contando una historia que presentan diferentes capítulos de nuestra historia, con diferentes fechas e imágenes, como postales semanales. Ciertamente, antes y después del punto de quiebre uno nunca vuelve a ser el mismo, jamás.

Mi vida tuvo un punto de quiebre y me quedé perdido en la nebulosa de la incertidumbre, como en un limbo de ideas, no sabía quién era ni qué quería hacer más adelante. No pensaba en el futuro y mucho menos en el pasado, estaba estancado en una libertad que no avanzaba aunque se veía extensa. Estaba atrapado en mí creyendo ser libre y eso en algún punto me derivó a una crisis existencial, suena ridículo, puede serlo, quizás no, donde el sentido de "ser yo" no existía. Supongo que las experiencias a partir del sentimiento que se fue sembrado en mi pecho, empezaron a encender luces y dispersar la nebulosa mental entre mi pasado y mi futuro. Entonces las piezas que se necesitaban una a la otra se fueron encontrando más tarde que temprano, para construir un puente por el cual pudiera visitar mi pasado con el objetivo de reunir las piezas que faltaban en mi historia.

No quería atravesar el puente y saber más, conocer solo un poco de lo que fui y viví me enseñó que mi presente con tendencia futurista estaba mejor. No deseaba saber nada más y esperaba enterrar todo muy dentro de mi cabeza, donde ni siquiera pudiera pensar en ello. Sin embargo el hecho de saber que Sunoo me conocía más que yo comenzaba a ponerme nervioso... vale, iba admitirlo, me ponía incómodo no conocer exactamente qué tipo de relación tenia Sunoo con las personas de mi pasado. ¿Él conocía a mi madre, cierto? ¿Él conocía todos los pensamientos que yo tenía antes? ¿Conocía sobre mis sentimientos? ¿Él tenía algo especial con Jongseong y yo lo asumía? ¿Qué pasó?

—Bebé, despierta.

Sunoo se removió sobre su asiento y abrió lentamente los ojos, parecía algo confundido al admirar las calles a través de la ventana.

—¿Me quedé dormido?

—Sí.

—Lo siento...

—Está bien, estabas cansado.

Su silencio se hizo presente cuando admiró el segundo lugar al cual planeábamos visitar. Esa expresión melancólica retornó a su rostro acompañada de un suspiro pesado.

—...

—Podemos regresar otro día si no te sientes bien.

Él negó con la cabeza y abrió la puerta con la disposición de salir. Por supuesto yo abandoné el volante en vista de que realmente íbamos a ingresar, porque no iba a dejarlo solo, no con esa expresión y actitud que ha estado teniendo todo el día. Sunoo cerró la puerta trasera cuando extrajo las flores que compramos esta mañana para la ocasión. Luego caminamos con rumbo hacia el cementerio en donde enterraron a Jongseong hace semanas.

Muchas personas de luto y con la expresión distraída se cruzaban por nuestro camino a medida que avanzábamos, buscando la sección correspondiente. El lugar sonaba bastante tranquilo, aquello me estremeció por completo, al recordar la sensación de profunda tristeza que me embargó al despedirme de mi madre.

La tumba de Jongseong se encontraba justo en el medio rodeada de varias a los costados. Las flores posadas encima lucían bastante marchitadas y casi secas. Sunoo sollozó y procuró no ser escuchado aclarando su garganta, yo no dije nada, no sabía exactamente qué decir, aunque sabía que mi compañía no estaba siendo del todo favorable. Puso las flores blancas que eligió con cautela esta mañana dentro de un florero vacío en un rincón y se quedó admirando el nombre, releyendo cada palabra y los años debajo.

Sunoo, el chico flor ⪼ SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora