24.

163 23 10
                                    

Llegamos al departamento mojando la entrada con gotas de agua. Nos turnamos para usar la ducha, mientras Sunghoon le prestaba a Wonyoung un poco de ropa; un suéter suyo, junto a unos pantalones cortos que tuvo que ajustar con un cinturón para que no se le resbalaran. Seguía lloviendo, pero nosotros estábamos adentro, refugiándonos con la calefacción.

Hasta que una llamada destruyó la armoniosa tranquilidad que nos acompañaba. Sunghoon observó la pantalla de su móvil y se fue a contestar a la habitación. El silencio entre Wonyoung y yo desde que él se marchó fue brutal. Muy dentro sabíamos qué significaba eso... muy dentro lo sabíamos, pero nos negábamos a asumirlo.

—¡Sunoo! —Me llamó Sunghoon, yo me levanté de golpe y me conduje hasta la habitación.

Pude verlo muy entretenido ajustando el cuello de su abrigo frente al espejo, nuestros ojos se encontraron.

—¿Qué sucede?

—Yo... tengo algo qué hacer, tengo que irme. —En el fondo lo sabía.

—¿Es una urgencia?

—No, pero regresaré mañana, ¿vale?

El temor regresó a mí, sentí miedo y desesperación de nuevo, eso solo significaba una cosa, otro amante, alguien más. Quería poner otra excusa, hacer cualquier cosa para que se quedara, incluso podría hacerle compañía, seguirle como lo he estado haciendo estas semanas, pero no pude decir nada. Wonyoung estaba presente y sentí por un momento que... era ella la que debería exigirle que se quedara y no yo, no sé por qué lo sentí.

Él terminó de arreglar su cabello y se dio la vuelta para mirarme de frente.

—Vale.

Esbozó una sonrisa.

—Buen chico. —susurró antes de salir por el pasillo.

Yo caminé detrás de él, aguantando las ganas de gritarle. Wonyoung se levantó cuando lo vio. Sunghoon tomó las llaves y fue a su encuentro.

—Tengo algo qué hacer no podré quedarme.

—Oh está bien, de cualquier manera yo estaba a punto de irme... —Vi la tristeza en sus ojos aunque tenía una sonrisa, me vi reflejado en ella.

—Tu chofer sigue esperando por ti, ¿no?

—Claro. —Ella deslizó sus dedos por el abrigo de Sunghoon, como tratando de alisar arrugas inexistentes sobre la tela.— Cuídate mucho y no llegues tarde, ¿sí?

Sunghoon asintió y se dirigió hacia la puerta para ponerse los zapatos, volteó una vez más, solo para mirarla a ella y luego salió, cerrando la puerta, como si cerrara un portal que nos dejaba atrapados a nosotros.

A Wonyoung se le borró la sonrisa y se derrumbó sobre el sofá yo me quedé parado ahí, viendo exactamente cómo me sentí yo al oír sus palabras en la habitación reflejado en ella. Me miró.

—Regresará mañana, ¿cierto?

Ella lo sabía...

—Sí. —No podía negarlo. Wonyoung extendió su mano y palmeó el asiento del sofá a su lado, llamándome. Yo salí de mis pensamientos y me senté en ese lugar.

—Lamento... haberte mostrado esta escena —susurró, secando una lágrima que escapó por sus ojos. Yo estaba totalmente asombrado, porque por dentro era yo, por dentro me sentía como Wonyoung y quise llorar junto a ella.— ¿Te puedo contar algo confiando en que tú no dirás nada?

Sé lo que me va a contar, ya lo sé, pero no estoy seguro de querer escucharlo de su boca.

—Claro que sí.

Sunoo, el chico flor ⪼ SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora