Sunoo, el chico flor ⪼ SunSun

8.

—No lleguen muy tarde y tengan cuidado por favor.

—No se preocupe señora Kim, traeré a su hijo sano y salvo antes de las doce. —Es que no hay mejor yerno que yo. Soy todo lo que una madre puede pedir, jé.

Convencí a Sunoo de visitar una discoteca o irnos de fiesta a un lugar divertido. Pues estuvimos casi todo el día metidos en su casa, no quiero que se malinterprete, su casa es muy bonita y en serio reconfortante, pero todo se siente aburrido si nos quedamos viendo canales aburridos sobre un sofá aburrido en un día jodidamente aburrido.

Debido a que no conozco las calles, él fue quien se encargó de llevarnos hacia aquel lugar que me llamó la atención desde mi llegada; la calle llena de luces y con música resonante, donde probablemente la pasaríamos bien. Además, Sunoo se ha puesto muy bonito esta noche y huele más delicioso de lo usual.

—Hoon, no quiero que bebas.

Se siente raro caminar junto a Sunoo con las manos entrelazadas, no es que me causa incomodidad, solo me parece extraño. Solo he caminado así con Wonyoung y eso hace años, hacerlo de nuevo con él me hace sentir confiado de alguna manera. No sé cómo explicarlo. Sostener su mano para buscar un equilibrio, tal vez en el compás de nuestros pasos juntos o en la manera en la que afrontamos el mundo juntos. Es simplemente extraño.

—Oh vamos. Voy a beber un poco, no mucho.

—No, ni una copa.

—No seas aburrido, bebé. A ti te hace falta una copa, eres mucho más divertido ebrio —y más caliente.

—¿Me estás llamando aburrido?

—Sí.

Solté varias risas al admirar su expresión sentida de niño berrinchudo. Jalé de su brazo para animarle y conducirlo dentro de una discoteca que me pareció interesante. Presentamos nuestras identificaciones poco antes de sumirnos en un sitio glorioso o lleno de luces para nada sofocantes. Era el lugar ideal para todo y me alegraba saberlo porque quería hacer de todo con Sunoo ahí.

Esquivamos la pista y la barra, fuimos directamente hacia los sofás —a la vista cómodos— del rincón para poder tomar lugar.

—Hay mucha gente...

—Bueno, estoy seguro de que todos están de vacaciones

Existe una gran posibilidad.

Me detuve a examinar su mano con cuidado, sigue tan roja como ayer pero ya no hay hinchazón. Él me dijo esta mañana que ya no le causaba tanto dolor, me sentí aliviado al saberlo, es que él es tan delicado, lo digo de buena manera, Sunoo es como... un pequeño muñequito de porcelana que al mínimo toque brusco puede quebrarse, y aunque le haya dado un derechazo fenomenal a un grandulón, el más dañado fue él.

—¿Te duele la mano?

—Solo un poquito.

Mi madre solía besar mis heridas siempre, en serio, incluso si la rebasaba en altura.

—Tengo un secreto para curar herid-

—¿Zack? —Alguien tocó mi hombro interrumpiendo nuestra conversación.

Divisé unos zapatos muy bien lustrados que brillaban bajo las luces coloridas del lugar. Lentamente fui subiendo la cabeza hasta encontrarme con aquel rostro que creí haber visto una vez. Me tomó algunos segundos saber de quién se trataba, pero al final logré recordarlo, era un chico con el que me acosté hace... ¿un año?

—Ah, hola.

Y bueno, estábamos en que quería besar la mano de mi novio para parecer super cursi y así hacer que él me deje acariciar sus lindos muslos.