4.

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No pude concentrarme en toda la jornada, solo podía pensar en las estúpidas palabras de ese chico. ¿Cómo se atreve a decirme eso? ¿Es que acaso él no valora su vida? Siempre lo supe, él iba a traerme problemas, afortunadamente actué rápido. Sunoo está conmigo ahora y nadie cambiaría eso.

Resbalé la llave por la cerradura, me pareció curioso que todas las luces del departamento se encontraran encendidas. Lo que me sorprendió fue oír el sonido de la radio resonando suavemente desde la cocina. ¿Sunoo se había levantado? Dejé el envase de pastillas que compré para él sobre la mesa de la entrada, junto a las llaves, después me encaminé hacia la cocina sin hacer mucho ruido.

Me encontré con los ojos atentos de un Sunoo muy sonriente y sentado sobre una de las sillas del comedor. Se encontraba con su pijama, ese de ositos que no usa casi nunca.

—¡Llegaste! —Él estiró sus brazos haciéndome entender que quería un abrazo.

No lo dudé en ningún momento. Lo contuve entre mis brazos con fuerza, mientras él ocultaba su rostro en mi pecho. Me sentí feliz al verme bien recibido en casa, los días de su ausencia serían una pesadilla que quería olvidar, ahora estaba aquí, junto a mí. Bufé internamente, últimamente he pensado cosas melancólicas y un poco tontas.

—¿Estás bien? —Más allá de su recibimiento, tenía la duda, ¿está bien? Joder, es decir, me lo cogí muy duro, no debería estar caminando mínimo hasta mañana.

—Lo estoy, por favor no te preocupes.

—No tienes que mentirme.

Despeiné sus cabellos con cuidado y él me abrazó con más fuerza, como temiendo que me alejara.

—Me duele un poco, pero estoy bien, además quería preparar la cena antes de que llegaras.

Es un tonto, solo tenía que descansar, y yo hubiera pedido una pizza.

¿Por qué está jugando con mis sentimientos de niño malo?

—¿Qué preparaste?

—Solo pasta, no encontré muchos ingredientes...

Nos separamos en el instante en que yo me giré para admirar la cocina. Él continuó limpiándola, el brillo de la mesa que no estaba ayer, hoy retornó. Me sentí conmovido y muy culpable porque él es demasiado amable y bueno, vaya combinación la nuestra.

Revisé las ollas llenas de vapor caliente bajo su atenta supervisión. Una sensación de hambre me invadió, no había comido nada en todo el día porque al hijito de papi se le ocurrió quitar las hamburguesas normales del menú de la cafetería. Además Sunoo cocina de lo más delicioso y por fin hoy podré comer bien después de tantos días de no comer nada. Oh, eso me recordó que Wonyoung había dejado varios platos en el refrigerador que ya deben estar podridos y que seguramente Sunoo tiró.

—Se ve delicioso, Sunoo.

—Ya está listo, si quieres puedo servirte ahora.

Él intentó moverse de la silla pero estuvo a punto de caer al no encontrar estabilidad al pararse, si no hubiera sido por mi reacción veloz para sostenerle, ya estaría en el suelo. Por supuesto que no está bien, pero él insiste en negarlo, se está esforzando demasiado por mí, joder, ¡solo quiero que deje de ser tan bonito conmigo para no sentirme tan idiota a su lado!

—No, es necesario que descanses ahora mismo.

—Estoy bien, solo resbalé un poco. —Sus ojos brillan, aún cuando su rostro se muestra angustiado por lo reciente.— Déjame darte la cena...

—Yo la serviré por ambos, después de que tú estés en la cama.

—Hoon...

Cargué a Sunoo en brazos, tratando de fingir que levantarlo era cosa simple, aunque me encontrara muy cansado por no haber comido nada. Él jamás debería dudar que entre mis brazos se encontraba seguro. Por eso lo sujeté muy bien, sintiéndome feliz al observar sus brazos aferrados en mi cuello. No dijo nada en el transcurso del camino, nunca se quejó, fue muy cooperativo cuando llegamos a la habitación y le dejé con cuidado sobre la cama.

Sunoo, el chico flor ⪼ SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora