32.

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Sunoo se puso un poco mal estos días, ha estado teniendo fiebre y no ha querido comer. Evidentemente tuve la intención de llevarle al hospital, porque nada de eso puede ser normal, pero él se negó rotundamente y decidió tomarse un descanso. Al parecer todas las cosas que supimos y vivimos últimamente le han afectado más allá del estado anímico.

—Sí, estaré ahí. Que sí... bueno, adiós. —Corté la cuarta llamaba que Suzy me había hecho durante el día.

Sostuve el vaso de agua de agua que estaba sirviendo y me encaminé de nuevo hacia la habitación. Sunoo salió del baño con una expresión demacrada y se lanzó sobre la cama tras soltar un suspiro.

—¿Vomitaste?

—Sí...

—Sunoo es en serio, vamos al hospital.

—Estoy mejor, debe tratarse de una simple infección.

—No has comido nada durante días y estás vomitando lo poco que puedes comer.

—Hoon...

Dejé el vaso sobre la mesita de noche y me aseguré de cubrir su cuerpo con sábanas. Él movió sus pies bruscamente y gruñó sobre la almohada, intentando alejar las sábanas.

—Bebé...

—Tengo calor.

—Ya, es todo. Vamos al hospital, iré por tu abrigo y...

—¡Ya estoy mejor!

El móvil comenzó a sonar dentro de mi bolsillo y comencé a estresarme por la situación. Suzy estaba regresando de un largo viaje que realizó con su nueva familia gitana, estaría en Seúl pocos días y deseaba verme con ansias, era la razón de sus constantes llamadas avisando exactamente en qué punto de la ciudad se encontraba para que yo supiera en qué momento llegar al lugar acordado. Sin embargo no podía irme así y dejar a Sunoo bastante enfermo en el departamento.

—Da igual.

—Hoon, escúchame. —Sunoo se sentó sobre la orilla de la cama y sujetó mis manos delicadamente. Esbozó una pequeña sonrisa a pesar de su notable cansancio, después de varias noches sin dormir bien—. Estoy mejor, mañana estaré renovado, no me gustan los hospitales... por favor no me obligues a ir.

—Pero mi vida, mira cómo estás, ni siquiera puedes comer.

—Estaré bien, en serio, por favor no te preocupes, ¿sí? —Su expresión tierna no iba a convencerme, aunque estuviera cambiando mi decisión—. Ve con Suzy, sigue llamando y quiere verte.

—Lo más importante para mí eres tú, bebé.

—Tú también, así que quiero que vayas con Suzy, porque yo estoy bien y ya tengo muchas fuerzas.

Sus palabras no podrían manipularme, su salud no estaba en negociación, pero podía otorgarle algo de tiempo para demostrar razones contundentes.

—Vale...

—¡Sí!

—No, no. No tardaré más de tres horas en regresar y si hasta ese entonces sigues igual, iremos al hospital, ¿entendido?

—Amor...

—¿Entendido?

—Sí...

Acaricié sus mejillas con cuidado cuando me posicioné a su lado y besé su cabecita. Algunas risitas escaparon de su boca y me empujó juguetonamente, tuve la intención de seguir con sus tonterías picando sus partes sensibles para provocarle más risas, pero el móvil seguía sonando y parecía no parar.

Sunoo, el chico flor ⪼ SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora