21.

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Saborear el dolor en carne propia es lo más terrible que le puede suceder a alguien, mucho peor es la decepción después de tantos días de ilusión y esfuerzo. Creí que era inmune, pero ahí va la causa de mis males, respirando el mismo aire, escapando de mis dedos.

Lo único que se reproduce en mi cabeza es aquel fatídico momento, en donde no solo la esfera se rompió, porque mi corazón nunca había sido tan herido jamás. Fueron sus palabras las que derribaron aquella valentía que fingía tener, de alguna u otra manera, todo lo que dijo ya lo sabía, por supuesto que lo sabía, pero me negaba a creer. Me sentía tan optimista con el amor, que el hijo de puta me encontró en curva, sin poder detenerme y con los cinturones olvidados. Fui yo quien impactó contra el muro, fui yo quien se dejó morir aquel día, él solo me recordó que yo no era tan inmortal como parecía.

He pasado por todas las etapas del corazón roto, primero por el llanto que no ha cesado durante días junto al silencio y la preocupación de mi madre, en la segunda fase dejé que el llanto se tomara su tiempo y quise sacarlo de una vez, le conté a mi madre todo lo sucedido, tal vez ella lloró más que yo, al final daba igual, me encuentro en la tercera etapa en donde la vida me sabe a nada, creo que he perdido el sentido de mi existencia y me busco en aquella ventana iluminada de mi vieja habitación, ¿qué haré?

—Amor, ya ha pasado una semana desde que no asistes a clases, ¿te sientes listo para volver? —Mi madre se sentó al borde de la cama y me miró con esos ojos cansados y tristes. No me gustaba esa mirada en sus ojos, no quería verla de manera, pero ni siquiera podía conmigo mismo.

Ella intentó ir a reclamarle a la señora Kim y a Sunoo después de entender lo sucedido, pero yo no se lo permití, "he recibido lo que me busqué" le dije y ella solo logró consolarme. Si tal vez no hubiera sido tan tonto o si tan solo hubiera callado, todo seguiría tan bien como antes, esto no habría destruido la gran familia que habíamos formado. Si tan solo hubiera callado, él no me odiaría de la manera en la que lo hace y no me habría lastimado tanto como lo hizo.

Mi madre me dijo que Sunoo vino el martes y preguntó por mí, evidentemente ella no le permitió el ingreso y le pidió que se marchara. Sé que ha venido dos veces más, pero ella no se atrevería a decírmelo, tal vez porque piensa que soy demasiado compasivo. En realidad, solo hago lo que creo correcto.

Hay algo que tengo claro, Sunoo no es alguien malo, no. En este mundo no hay persona que lo conozca más que yo, conozco su carácter y su manera de ser, sé que es impulsivo y que es torpe, sé que se frustra con la más mínima cosa y también sé lo pésimo que es conteniéndose, pero no lo hace con maldad. Sé que es el peor mentiroso del mundo y que a mí no me ocultaría las cosas, al menos no las que no puede retener. Sé bien ese día me dijo lo que era cierto, me dijo lo que no podía contener, de alguna manera, intentó no decírmelo para no herirme, pero todo fue tan desmoronante para él que no pudo contenerse, eso lo entiendo muy bien, porque no es la primera vez que pasa.

Agradezco su sinceridad y llegué a una conclusión, que será más dolorosa para mí que para él, pero será sumamente necesaria. Yo...estoy causando molestia en su vida, porque me he metido tanto en ella que él no sabe bien si es suya o mía, he sido impertinente, tengo que admitirlo y he estado pidiéndole algo que no puede dar, he rechazado lo que tiene para mí. Destruí nuestra amistad, nada la traerá de vuelta ni siquiera una reconciliación, porque hay heridas en medio y mucha historia, no estamos ciegos ni tenemos el don del olvido. Debí pedir disculpas por haber sido tan estresante, pero puede quedar de pendiente para el tiempo. Era el momento de dejar ir a Sunoo y que continúe con su vida, al menos no conmigo metido en ella.

—Volveré el lunes, mamá. —Tendría un día más para descansar y quitarme esta cara de zombie que no ha podido dormir hace mucho.

—Me hace feliz escucharlo, mi vida. —Ella se levantó cuando el timbre sonó.— ¿Quieres comer?

—No... tengo el estómago revuelto. —Así como toda la semana.

—Prepararé algo delicioso, tal vez se te antoje después.

Ella salió de la habitación y fue a abrir la puerta. Eran alrededor de cuatro, Jungwon dijo que vendría a visitarme. Él ha estado animándome estos días y no se rindió hasta que mi madre le dejara pasar, porque yo no me sentía con ganas de ver a nadie los primeros días. Ahora es necesario tenerlo aquí, al igual que a Heeseung quien me visitó ayer para pasarme todos los apuntes.

Su voz se escuchó claramente cuando saludó a mi madre y sus pasos ruidosos al subir por las escaleras me avisaron que venía en camino.

—¡Hoon!

Me di la vuelta sobre la cama, para mirarlo. La sonrisa que mantenía en su rostro se desvaneció poco a poco al verme de nuevo en cama, con ese rostro que provocaba pena.

—Hola, Wonie.

—¿Te sientes mal? ¿Por qué estás en cama de nuevo?

—En realidad, solo quería descansar.

—Umh. —Él rodeó la cama sin quitarme la vista de encima y luego regresó a su lugar inicial, para tomar asiento sobre la cama y mantenerse cerca de mí.

—Lo siento, en serio quería descansar.

Nos quedamos en silencio por un par de minutos, mientras admirábamos cada rincón de mi habitación. Si no hubiera sido por mi madre, la habitación seguiría destruida.

—¿Sunoo te gustaba demasiado?

Yo no dije nada, mi madre tampoco, pero supuse que algún día tenía que saberse, las personas que vieron lo sucedido tal vez corrieron con el chisme. Jungwon se había enterado de lo sucedido con Sunoo, tal vez ignora que él y yo tenemos una historia mucho más larga que lo que se vio en ese momento. Según Heeseung, todos piensan que yo era un admirador más de Sunoo y que se le declaró de mala manera, incluso él lo creyó así.

Si tan solo supieran que él y yo... éramos los mejores amigos.

—Sunoo no me gusta, Jungwon. —Tendría que aceptarlo y memorizarlo.

Sunoo tendría que salir de mi corazón de alguna manera.

—Te le declaraste. —Él sabe que estoy deprimido, pero vuelve a tocar la herida. Aun así prefiero que él y todos piensen que solo fue una tonta declaración más, que quedaría en el olvido.

—En realidad... solo quería invitarle a salir, pero no me gusta, Jungwon. — Claro, no me gusta.

—¿Lo prometes?

Estaba tan hundido en mi mundo y en mis sentimientos que no comprendí en ese momento las palabras de Jungwon. Si tan solo hubiera entendido un poco o si me hubiera dado cuenta del significado, sin tan solo...

—Claro que sí. —Dejé caer mi cabeza sobre la almohada y cerré los ojos, quería dormir un poco más.— Solo míralo, es un chico feo. — Susurré.

—¿Tú crees que yo soy bonito, Hoon? —Preguntó Jungwon, metiéndose entre mis sabanas para abrazarse a mí. Agradecí su consideración, justo en ese momento necesitaba compañía y cariño. Estiré mis brazos para abrazarlo entre ellos y asentí con los ojos cerrados.

—Tú eres muy bonito, Jungwon, muy bonito.

—Gracias... —Me sentí más cansado, el sueño me invadía luego de tantos días sin dormir.— Hoon, quiero quedarme aquí los fines de semana, algo así como fines de semana para jugar y divertirnos, ¿te gustaría?

Mis ojos pesaban y me sentía dormir al instante.

—Claro. —Susurré, ante de caer totalmente dormido, con Jungwon en brazos y acurrucado en mi pecho.

Sunoo, el chico flor ⪼ SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora