39. SH

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Hay una escena que se repite en mis sueños, a veces también cuando cierro los ojos y me duele la cabeza, es insoportable, se trata de mí y de alguien más, no sé quién.

Siempre hay una esfera hermosa detrás de un ventanal, es una obra de arte y brilla desde cualquier ángulo, dentro hay otro mundo, hay paz, y siempre que intento tocarla el ventanal revota alejando mi mano. Por alguna extraña razón una melancolía se interna en mi pecho segundos después y no es hasta que despejo mi mente que todo desaparece. Juro que no se trata de droga o bebidas, en absoluto.

Sunoo se removió un poco, yo sostuve su brazo con cuidado para que inconscientemente no se deje caer de espaldas, porque si bien el golpe se veía mucho mejor no queríamos arriesgarnos a que empeorara. Abrió lentamente los ojos y pestañeó varias veces, aclarando su visión, hasta que pude admirar ese color café en sus ojos que no había notado antes. Me reconoció por un instante y luego esbozó una pequeña sonrisa.

—Buenos días —susurró. Yo me quedé en blanco, no porque no sabía qué decirle, sino porque sabía que no era eso lo que exactamente quería decirle.

—Buenos días, ¿te sientes mejor?

—Sí... ¿qué hora es?

—Más de las diez.

—Oh Sunghoon, es tarde, ¿comiste?

—Aún no, pero cálmate, yo voy a preparar algo —y ojalá que no se me queme nada.

—¿En serio?

—Claro.

He notado muchas cosas estas últimas semanas, cosas como que los labios de Sunoo son muy rojos así como representan a la pasión. Más que divertirme, se me hace tierno, incluso su forma delicada de sostener las cosas creyendo que se pueden quebrar. Gracias a esas cosas me puse a pensar seriamente qué es lo que siento por ese chico tonto y bonito. ¿Amor? No.

El sonido del timbre nos distrajo, no teníamos planeado recibir a nadie, de igual manera me levanté para abrir la puerta en caso de que fuera algo importante y no fue nada lejos de eso, era Wonyoung, con una enorme sonrisa en el rostro. La dejé pasar tratando de mantenerme sereno antes la conmoción de sentimientos con los que he estado luchando últimamente.

—¿Sunoo está despierto?

—Sí.

—Iré a verlo —dijo en un tono interrogante.

—Claro.

Wonyoung cargaba una bolsa con el logotipo de su dulcería favorita, por supuesto que era un regalo para Sunoo, no quise involucrarme en su conversación, así que me quedé en la cocina revisando si aún teníamos fruta o algo comestible. Como era de esperarse, teníamos todo fresco y en orden. Saqué un vaso de mi yogurt y luego escogí dos manzanas del frutero. Comencé a picar la manzana en cuadrados que parecían triángulos, luchando con el filo del cuchillo que resbalaba por el jugo de la fruta.

Había olvidado sacarle la piel a la manzana, solté un suspiro de frustración al ver que también había olvidado cortarla sobre un platillo. Tomé un poco de aire y bebí de mi yogurt, antes de iniciar de nuevo. Con cuidado y lentitud comencé a quitarle la piel, procurando no cortarme un dedo.

—¿Sunghoon? —No me giré para afrontar a Wonyoung, continué con la labor de no matarme.

—Aquí.

—Oh, Sunoo está mucho mejor hoy, ¿no crees?

—Sí, es bueno saberlo.

Nos quedamos en un silencio incómodo. Ella tomó asiento muy cerca de mi lugar cuando terminé de cortar la manzana con un excesivo tamaño pequeño.

Sunoo, el chico flor ⪼ SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora