8.

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No pude dormir bien debido a todos los pensamientos que se abarrotaban en mi cabeza, vi cómo el amanecer se tomaba su tiempo para llegar.

Admiré el rostro de Sunghoon por algunos segundos, él continuaba durmiendo, alejándose del mundo. ¿Hemos cambiado tanto? Sus cabellos caían sobre su frente y parte de su nariz. Inspeccioné su rostro, su lunar, la forma de sus labios y de sus ojos. Era el mismo, pero... era diferente a la vez.

Con cuidado me levanté de la cama y salí hacia la cocina. Ya tenía planeado el día. Prepararía el desayuno, esperaría que Sunghoon se fuera a la empresa, empacaría mis cosas, recogería el dinero que ayer le había pedido a mi madre, compraría un boleto de tren y me iría. Todo en ese orden. También dejaría muchas notas sobre las cosas de Sunghoon, con instrucciones de cómo las debe usar, empezando por la lavandería y terminando con el refrigerador.

Le diría a mi madre que me hicieron un traslado y haría la pasantía en otra ciudad, si no tenía oportunidad comenzaría a trabajar. Me apresuré en preparar café, porque tardaría un poco con los hotcakes. Pensé que estaría bien ir a DaeKim, era un bonito lugar. Podría conseguir un lugar para vivir, quién sabe, tal vez hasta una casa, luego podría casarme con alguien y... tener hijos, sí, o adoptarlos, así como Jake hyung.

Solté un suspiro. Todo sonaba tan estúpido.

Comencé a preparar los hotcakes y luego corté fruta para que complementara con la miel. A Sunghoon parecía gustarle así que la compré. Caí en cuenta de que me había tomado mucho tiempo para preparar cosas tan simples, el sol entraba con vigor por las ventanas, anunciándome que pronto tendría que marcharme de ahí.

—Oh, imposible. —Me giré cuando oí la voz de Sunghoon. Él admiraba su plato con detalle y emoción.— ¿Cómo preparas estas cosas? Se ve delicioso.

—Yo solo...

Sunghoon empezó a comer con velocidad, como si no hubiera comido nada hace días. Sentí mucha ternura. Tomé el café y lo puse a su costado, él levantó su pulgar. Yo creí en ese momento que era todo un tonto...

—¿Y la fruta? —Preguntó velozmente.

—La compré.

—Mira, hagamos un trato. —Tomó un gran sorbo de café y luego me miró. ¿Por qué seguía luciendo tan bien incluso después de despertarse?— Tú pagas la comida y la preparas, obvio, y yo no te cobro la renta, eh, ¿qué opinas?

Aquello me tomó por sorpresa. Luego pensé seriamente en que... no le he visto trabajar, tampoco lo mencionó, ¿entonces cómo mantiene el departamento?

—Yo... —me iría dentro de algunas horas, ¿qué podía decirle?— claro.

—Genial, genial. —Él siguió comiendo con la misma velocidad, devorando todo lo que estuviera sobre el plato y limpiándolo con el tenedor.— Y tú, ¿sabes cocinar galletas o esas cosas?

—Amh sí. —Mi madre me obligó a aprender todas sus recetas para que yo se las dictara de memoria.

—¿En serio? Tengo esa cosa, cómo se llama, eh... —Señaló con su dedo el horno de la cocina.

—¿Horno?

—Ah sí, esa mierda. ¿Sabes utilizarla?

—Sí, lo sé. —Solté una risita. Sunghoon es muy divertido y espontaneo.

—Genial, ¿crees que puedas preparar algo? No sé, lo que sea.

Pero me iría dentro de algunas horas, ¿cómo puedo comprometerme a hacer algo que no iba a cumplir? Me sentí mal. Bajé la cabeza, él se veía entusiasmado con eso y yo...

Sunoo, el chico flor ⪼ SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora