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El domingo pasó sin más noticias, con una tranquilidad fenomenal, sin embargo todo se arruinó después de la cena cuando oí el anuncio de Sunghoon: "Tengo una fiesta".

Sí, tiene otra fiesta con sus amigos los motociclistas, probablemente en uno de esos sitios alejados que acostumbra ir. Los malos recuerdos de los acontecimientos pasados me estremecieron la piel.

—No puedes regresar mañana, tenemos la pasantía.

—Llegaré al amanecer, no hay problema.

Sunghoon amarraba las agujetas de sus botas y yo mordí mi labio ante la indecisión que me inquietaba. No quería que él fuera a esos lugares, menos que regresara mañana, pero nada iba a aplazar sus planes. Por otro lado, yo podría acompañarle y convencerle de regresar temprano, pero... no quería ir, tenía miedo, ¿si me encontraba a Jongseong otra vez? ¿Si Sunghoon se alejaba de mí? ¿Si me dejaba solo?

—No vayas...

—Bueno.

—¿No irás?

—Claro que iré.

—Bueno, entonces yo iré contigo.

—Si quieres. —Él le restó importancia a mi decisión, se levantó para escoger una chaqueta del closet.

—Pero quiero que me prometas algo por favor.

—¿Qué?

—Que no me vas a dejar solo, la vez anterior me echaste y me dejaste a la deriva.

—Por quinta vez, yo no haría eso.

—¡Pues lo hiciste!

—Joder, está bien, no lo haré, ¿feliz?

—Sí. —Sunghoon escogió otra chaqueta de cuero, se la puso y con eso ya estaba totalmente listo para salir. Yo ni siquiera sabía lo que iba a ponerme.— También prométeme por favor que no me vas a dejar solito en la fiesta... yo me sentí muy mal ahí sin conocer a nadie.

Él soltó un suspiro y asintió. Yo no quería ser pesado para él, no disfrutaba de las fiestas en absoluto, solo quería cuidarlo; cuidarlo de conducir de ebrio o conocer a gente mala, porque el día que tuvo una pelea de Jongseong, supe que él estaba expuesto a muchos peligros estando ebrio.

—¿Me das veinte minutos? Estaré listo.

—Te doy diez, estaré sacando la moto del parqueo.

Sunghoon salió de la habitación y cerró la puerta. No se encontraba de humor para llevarme, pero ayer sí tenía todo el humor del mundo para tocarme...

Despejé mis pensamientos, dejé que la emoción me inspirara a elegir mi ropa. No me gustaban las fiestas, pero esto era diferente, Sunghoon y yo iríamos juntos y prometió no dejarme solo... la pasaríamos juntos. Por eso con velocidad escogí otra chaqueta de mezclilla muy ligera y la combiné con un pantalón nuevo, quería impresionar a Sunghoon.

Arreglé mi cabello, apliqué un poco esencia facial para que mi piel se viera más radiante antes del humectante, incluso usé un poco de protector labial con tinte rojo. Mis mejillas ardieron al verme actuar de esa manera, pero aún así me puse un poco de colonia —esa que compré después de que Sunghoon me dijo que olía a bebé— con aroma suave y dulce, en la tienda me dijeron que era unisex así que y-

Sunghoon tocó la bocina de la moto con mucha insistencia, aquello me sacó de mis pensamientos. ¿Ya habían pasado diez minutos? Me apresuré en salir rápidamente a su encuentro, tomando las llaves, apagando las luces y cerrando bien la puerta del departamento. Bajé las escaleras sin detenerme y salí del edificio con más calma, tomando aire. Encontré a Sunghoon estacionado en la calle, esta vez sí aceptaría su casco, mi peinado no quedaría tan destruido.

Sunoo, el chico flor ⪼ SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora