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Una de las cosas más hermosas de estar enamorado, es saber que la persona que más quieres está a tu lado después de todo.

El fin de semana arribó demasiado rápido y me dio un respiro para poder descansar luego del trabajo agotador hasta tan tarde, también me dejó tiempo para estar con Sunoo, aunque no lo hago mucho mientras sale con sus amigos. Sin embargo hoy ha sido diferente y él no tiene planes, el fin de semana se trataría de él y yo juntos.

—Quiero que pintes esa esquina.

El descanso que creí que tendría se disipó, pero no está mal del todo, Sunoo se ve entusiasmado con arreglar el diseño del departamento, por lo que he pintado todas las paredes de blanco para que la claridad se sienta en las habitaciones. Extrañamente ha funcionado.

Pinté la esquina, estirando la punta de mis pies. Desgraciadamente Sunoo es demasiado perfeccionista, exageradamente perfeccionista y yo soy quien debe cumplir con todos los detalles que cree que están faltando.

—¿Mejor?

—Síp, solo falta esta pared —señaló con su índice al último tabique cerca de la pared de la cocina— y quedará terminado.

—Así es, lo terminaré tan rápido como pueda, Sunie.

—Vale.

Era un sábado caluroso con el sol en lo más alto, mi cuerpo se sentía pegajoso luego de tanto trabajo cansador, mas eso no me detuvo, continúe con mi labor, aun sabiendo que él quería arreglar más cosas, la pared solo era la primera de su lista.

No importaba lo demás mientras él sea feliz.

El olor de la pintura me mareó un poco, me apoyé sobre mi brazo firme cerca de la pared, el calor estaba haciendo estragos conmigo, decidí tomarme un respiro. Caminé un poco hacia la puerta de la cocina, la música de Sunoo sonaba en su volumen más alto, le admiré sin que él se diera cuenta; llevaba una sonrisa en sus labios y se veía tan animado lavando los vegetales.

Es la primera vez que él cocina, también es la tercera vez que entra a la cocina, porque no lo ha hecho desde que hemos llegado. Mi corazón se llena con tan solo verlo de esa manera y mis latidos son tan evidentes que tengo que tomar un poco de aire para poder tranquilizarme.

Regresé lentamente hacia la pared que debía pintar, con más ganas luego de verlo. Él apareció un minuto después con una expresión seria, cargando consigo un pequeño vaso con soda que me ofreció sin mirarme a los ojos.

—Muchas gracias. —Dije tan inevitablemente contento.— Lo necesito.

No era fan de las sodas, pero si venían de él estaría muy bien recibido. Bebí el contenido con los dos tragos grandes, vaya cosa agradable para el calor.

—Oh.

Le entregué el vaso y se dio la vuelta retomando su regreso a la cocina.

Yo me quedé un par de segundos mirando hacia aquella puerta, con una estúpida sonrisa en el rostro, creyendo que era el hombre más afortunado del mundo por tenerlo a mi lado.

Terminé de pintar la pared sin dejar escapar detalles, mi novio quedó muy contento con mi trabajo, pero de inmediato me ordenó continuar con la reparación de una de las patas de un sofá que estaba flojo. Es evidente que yo no tengo ni idea de cómo hacer ese tipo de cosas, pero naturalmente mi lado de "sobrevivencia" me llevaba a reparar cosas sin necesidad de saber mucho, lo que mi madre agradecía cuando vivía con ella.

—Arréglalo.

—¡A sus ordenes!

Lo único que hice fue agregar un poco de madera en la parte sobrante, igualando los bordes para que no se notara y el sofá dejó de tambalear. Sunoo no comentó nada, solo me mandó a mi siguiente tarea consistente en la instalación de todos los puertos de electricidad de la casa, si bien teníamos muchos, la mitad no estaba funcionando por falta de instalación.

Sunoo, el chico flor ⪼ SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora