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Esa sensación maravillosa cuando abres los ojos y crees que todo lo hermoso que te pasó ayer solo se trataba de un sueño y la vida te sonríe diciéndote que todo era real, que eres la persona más feliz del mundo. O esa sensación magnifica cuando te niegas a dormir y luchas con el sueño porque temes despertar sabiendo que no era real. Todas esas sensaciones me invadieron esta mañana y este fin de semana.

Me pellizqué el brazo como quince veces porque no creía que todo lo que estaba sucediendo era real, pero la llegada de Sunoo esta mañana, solo para despertarme y pedirme que fuéramos juntos a la universidad, me dejó en claro que no se trataba de un sueño simplemente. Me sentí vivo cuando nuestras manos se unieron y tan nervioso como nunca imaginé. Sus dedos se sentían tibios y tan suaves que sentí miedo de hacer más de la presión debida, porque creí que iba a lastimarle.

—Entonces mamá se puso a llorar, pero dijo que confiaba en ti y que tú me cuidarías bien.

Bueno, mi mudanza al nuevo departamento se completaba mañana y tuve que contarle a Sunoo sobre el asunto. Evidentemente él estuvo demasiado sorprendido al saber sobre mi decisión, sin embargo me felicitó por aquello. Yo le pedí que se mudara conmigo, sabía perfectamente que a duras penas llevábamos dos días de relación y que vivir juntos sería muy pronto, pero se lo pedí como amigo, dejándole en claro que yo le protegería y le daría todo, como siempre lo he hecho.

Tampoco podría mudarme y vivir feliz, sabiendo que Sunoo no podría disfrutar de esta independencia junto a mí. Mi madre se negó, se negó a la idea, se negó a aceptar mi relación con Sunoo, se negó a entender que yo había decidido perdonarlo, pero le hice saber que era mi vida y que asumiría mis responsabilidades, ella aceptó todo, sin darme su apoyo o bendición. Creí que en un futuro no muy lejano, ella volvería a querer a Sunoo y olvidaría su enfado.

Por otro lado, la señora Kim, según lo que cuenta Sunoo, aceptó la idea y nos brindó todo su apoyo, no esperaba menos, viniendo de ella.

—Te cuidaré con mi vida, Sunie.

Sunoo me miró de reojo y asintió con un pequeño movimiento de cabeza.

Faltaba poco para nuestra llegada a la universidad, él se detuvo y se giró para mirarme directamente con esos ojos tan redondos y claros que me volvían loco. Es que solo hay que mirarlo para saber que cualquiera que sujete su mano será el hombre más afortunado del mundo.

—Hoon... no quisiera que todos supieran sobre lo nuestro, no por ahora, pues Jongseong y yo terminamos hace poco y los rumores malos sobre mí podrían surgir y no me gustaría que eso sucediera.

—Está bien.

Sé que Sunoo es muy popular en la universidad, nunca me detuve a pensar cuánto, pero lo es. Así que supuse que todo lo sucedido con Jongseong y nuestra relación podría generar falsos rumores. A mí me daba igual, las cosas seguirían como antes, dándonos un poco de espacio para pasarla con nuestros amigos y durante el resto del día estar juntos.

Incluso si podía tenerlo una hora al día, no me importaría, con tal de tenerlo.

—Entonces... ¿nos vemos al finalizar las clases?

—Sí, —precioso.

El silencio incómodo se formó entre nosotros, si fuéramos amigos como antes, solo tendríamos que partir, pero ahora somos novios y nuestra despedida tendría que cambiar, yo quería que lo hiciera. Nos miramos por un par de segundos y yo me encargué de robarle un pequeño beso que hizo mi día maravilloso.

Él dio media vuelta y a pasos apresurados desapareció por la puerta de ingreso. Yo tomé un poco de tiempo antes de ingresar. Una sonrisa tonta llenaba mis labios por lo sucedido, no existía persona más feliz que yo, eso podía jurarlo.

Sunoo, el chico flor ⪼ SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora