* Quedarse de una pieza: Atónito - sorprendido / Burletero: Reírse de las desgracias ajenas / Salir como pepa de guama: La semilla del árbol de guama cuando está lista, sale disparada muy rápido como un misil. Salir como pepa de guama hace referencia a eso: irse muy rápido / Remorder la consciencia: Sentirse mal por algo cometido - tener remordimientos / Rebanarse la cabeza: Darle vueltas a algo hace tiempo sucedido porque lo lamenta. / Amar con alma, vida y sombrero: Amar con locura sin importar nada mas.
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Días más tarde...
«Pues nada hay menos bajo nuestro gobierno que el corazón, a quien, lejos de poder dominar, estamos llamados a obedecer. Así, cuando nos aguijonea con sus apetitos, ninguno de nosotros es capaz de rechazar sus repentinos impulsos, de tal manera que estos no se precipiten mediante la palabra, ni por ella se caiga fácilmente en actos, las más visibles señales de las pasiones del alma...»
Cerró el libro. Justo cuando en la distancia se oía el canto de un gallo en el campo, y las risas de Pipe y Mathías que corrían detrás de los patos. Ya iba cayendo la tarde en la finquita y el sol sumía al cielo y los jardines en el fulgor anaranjado del sol de los venados. Le quedaba poco tiempo para seguir haciendo la lectura al aire libre. Por eso prefirió cerrarlo y seguir en la noche o al otro día. De continuar en ese principio de capítulo del libro «Cartas de Abelardo y Eloísa», todo lo poco que había ganado en ese mes de aislamiento se iría a la basura, y su mente, cuerpo y corazón volverían a evocar a su propia Eloísa en Don Matías.
Mentiría si afirmaba que la había olvidado por completo, porque aunque se ocupara, su hermoso recuerdo no salía de su cabeza. Pero al menos en esa soledad con su familia, no se angustiaba por lo que sentía, o temía verla al despertar. Tenía un respiro de todas las pasiones que lo abrumaban al tenerla cerca, y se tomaba ese descanso hasta de su vida clerical para pensar.
Ese treinta y uno de octubre cuando despertó, la había dejado en su cuarto dormida, no teniendo temple para echarla. Tras las confesiones que se hicieron en la noche, ella se había quedado dormida con la cabeza en su cuello, y aunque de madrugada había vuelto a tocarla hasta tener que taparle la boca por sus dulces gritos; cuando el sol se empezó a asomar en las montañas, él tomó sus cosas, besó la comisura de sus labios y se marchó de la parroquia. Desde entonces estaba en Yarumal Antioquia donde su hermano William, sin saber que había sido de ella. Si se habría quedado de una pieza por el abandono, si se sentiría nostálgica como le estaba pasando a él, de no verla más; o por el contrario estaría teniendo un respiro de su presencia. Se había concentrado solo en descansar, salir de caminatas con su hermano, su esposa Luz Marina, y sus sobrinos de ocho y cinco, que le recordaban a Emi y Jerónimo. Caminaban en las mañanas, le ayudaba a su hermano en el campo entre el medio día y la tarde, y a las cuatro cuando todos salían al patio trasero de la finquita para ver caer el sol, él se sentaba a leer su nuevo tesoro. Un libro que su hermano le tenía guardado para dárselo desde el cumpleaños y que por cosas de la vida, no había tenido forma de hacerle entrega hasta ahora. Lo había devorado despacio para poder disfrutar de esa bella joya, y ahora que comenzaba la sexta carta en la página ciento noventa y cuatro, temía continuar leyendo.
Porque Abelardo y Eloísa vivían un amor tan complicado como el suyo con Paulina, que cuando la narradora le escribía a su amado desde el convento, se sentía como si fuese lo mismo que él le quisiera expresar a su pequeña avecilla. No dejaba de pensarla ni de noche ni de día, y si eso se trataba sólo de una tentación o desierto espiritual, era de los más duros que había experimentado hasta el momento. ¿Por qué cómo podía un Dios que era amor, privar de ese mismo afecto a dos almas que se necesitaban en medio de su soledad? ¿Cómo podía ese Dios que los había creado hombre y mujer para unirse, separarlos por unas normas que sólo al sacerdote llenaba de soledad? Sí monseñor dialogara con él en ese momento sin duda le llamaría blasfemo, pero es que su amor hacia Paulina lo había vuelto tan reflexivo de forma rebelde, que incluso lo que no debería de cuestionar, lo hacía.
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ENTRE LA CRUZ Y EL CORAZÓN (COMPLETA)
RomanceNoche. Oscura y silenciosa noche. Sin saber si con el favor de ese Dios que ella no conoce, o guiada por el diablo... Paulina se ha valido de ella para huir de su casita de campo en Belmira, Antioquia con sus dos pequeños de seis y diez años, lejos...