DICCIONARIO ANTIOQUEÑO (Léelo antes de empezar)
* Cagar: Defecar - hacer del dos / Mugroso: Desordenado - maldito / Bregar: Luchar con algo / Avispao: listo - inteligente - extrovertido / Antojao: Abreviación de antojados - persona con antojos, que quiere comer algo o algo le gusta mucho / Boñiga: Estiércol de las vacas - heces / Mana: Abreviación de hermana - persona muy cercana y por la que se tiene afecto / Prendería: Lugar donde se hace prestamos de dinero a cambio de dejar un objeto de preciado valor.
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1995, Belmira, Antioquia...
El deseo de fuga de Paulina de los abusos de Jesús y de buscar un mejor futuro para sus hijos, empezó meses después de la muerte de Amalia y cuando no pudo desterrar a su padrastro de la finca. Pero tuvo éxito solo hasta esa madrugada de mayo mientras él dormía. Pues aunque ella vivió el duelo a su manera esos años antes, los planes se retrasaron por Emi.
Tras enterrar a su madre en el cementerio del pueblo, ayudada por Don Memo, se planteó si quería seguir viviendo esa vida con ese hombre, pasando trabajos y aguantándoselo el resto de su existencia; o lo iba a encarar para que la dejara en paz. Ella no quería marcharse, pues su Mita les había dejado la finquita en Yerbalito, y largarse con Jerónimo era como entregarle todo lo que tenían y lo que él no se había ganado con sudor como su abuela. Algo que le parecía impensable. Por lo que se armó de valor y lo enfrentó, amenazándolo con un cuchillo, cuando volvía borracho de la cantina. Y de entrada sirvió. Como era la primera vez que ella lo hacía, Jesús le temió entre su borrachera y la creyó capaz de todo. Incluso aunque Paulina estaba que se cagaba del miedo. Por unas semanas pudo gozar de descanso, de no tenerlo encima gruñendo como un animal, y ella dedicándose a su nueva vida solitaria para sacar adelante a su muchachito. Pero tras el fin de esas semanas y estando bastante sobrio, su padrastro regresó a hacerle de las suyas, mientras ella cuidaba el jardincito.
Cuando más desprevenida estaba, le llegó por la espalda golpeándola en la cabeza hasta dejarla inconsciente. Al despertar, estaba en el cuarto con la ropa sucia y él parecía cuidarla con unos pañitos en la cabeza. Y como no... había vuelto a abusar de ella.
La amenazó de forma tan brutal con el cuchillo, que aunque Pao hubiese pensado por primera vez en denunciarlo, no se atrevió, por su pequeño en medio y por miedo a no salir los dos con vida.
Jesús regresó a casa, ejerciendo su poder de dueño del hogar, mandándola a ella y dándole trabajos al pequeño Jerónimo. Su vida se convirtió en más infierno que antes, condenada a servirle y quedarse inmóvil e indiferente cuando él la utilizaba. Celoso, también la vigiló en todo lo que hacía, con quienes hablaba y si regresaba a la casa tras el trabajo de venta de leche y revuelto en el parque. Porque cada centavo que ponía el mugroso, se lo echaba en cara también como si ella fuese su sirvienta y le saliera muy costosa. Y así se pasó el tiempo hasta que ella volvió a ver con horror un suceso que ya le habían pasado una vez y que había rogado no se le volviese a repetir.
La regla se le tardó en volver a bajar, y subió un poco de peso. Luego al consultar con el médico... lo que ya se esperaba. Nuevamente estaba embarazada. Y esta vez de una niña. El embarazo la revolcó como si fuese un tornado, dejándola sin fuerzas por las náuseas y el agotamiento; la soledad le cayó como una lona, porque sin amigas, a manos de semejante verdugo que la amenazaba día y noche, y con un niño que bregar; se sintió dejada por todo el mundo. Hasta que nació su pequeña Emilia. Esa fue la segunda vez que se enamoró y no pudo decírselo a nadie. Contrario a Jerónimo, Emi nació por cesárea por algunas complicaciones y mucho antes de estar a término, pero con solo verla el corazón se le apachurró de ternura. Era su niña. A la que también iba a sacar adelante así ella se quemara las pestañas. No importaba lo que viniera, Jerónimo, ella y Emilia serían una pequeña familia y saldrían adelante por su cuenta.
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ENTRE LA CRUZ Y EL CORAZÓN (COMPLETA)
RomanceNoche. Oscura y silenciosa noche. Sin saber si con el favor de ese Dios que ella no conoce, o guiada por el diablo... Paulina se ha valido de ella para huir de su casita de campo en Belmira, Antioquia con sus dos pequeños de seis y diez años, lejos...