CAPITULO 24:

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DICCIONARIO ANTIOQUEÑO (Léelo antes de empezar)

* Vivita y coleando:  Salir ilesa de una mala situación

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Belmira, Antioquia...

—Intenta matarme, si crees que eso te traerá respuestas y te devolverá a tu víctima. Pero de mi boca no saldrá ni una letra.

Las tablas del suelo de la casa traquearon cuando él arrojó a la mujer al piso de un empujón.

—Yo creía que éramos amigos y tú pensabas ayudarme en todo.

La miró intentando limpiarse la nariz de la sangre que le salía profusamente.

—¿Amigos? Esa es una palabra que no estará nunca en mi vocabulario a la hora de mencionarte. Tu eres un maldito infeliz. Un imbécil que creyó que acostándose conmigo tendría todo lo que le viniera en gana. Maldito el día en que te abrí las puertas de mi hogar.

Sus dientes rechinaron de la rabia, no solo de la forma en que ella lo insultaba, sino además de ver que su plan estaba saliendo de revés.

Había ido hasta el parque de Belmira en busca de la casita de puerta gris, donde vivía la mujer que tantas veces le ayudara con Amalia; la que le había vendido infinidad de bebedizos para irla mandando a la tumba poquito a poco, pero ahora también la que lo había traicionado solo por rechazar el amor que le quería prodigar. La muy estúpida de Estrella se había enamorado de él, y pensaba que tras matar a Amalia, dejaría todo para hacerla suya. Ahora le devolvía como castigo su rechazo anterior, no queriendo darle el paradero de Paulina a pesar de saberlo.

—Dime dónde está Paulina, maldita hija de Lucifer.

—No lo haré. En primera porque no tengo la menor idea, y en segunda porque no seré la culpable de que ella vuelva a sufrir en tus manos. Cometí el error de acostarme contigo, mismo que no se volverá a repetir. Pero tú mataste a tu mujer, violaste a tu hijastra durante años, y no voy a ser yo ahora la que reciba el castigo que te mereces.

—Yo no maté a Amalia. Solo le di las gotas que tú me sugeriste y preparaste. Todos saben en este pueblo que eres una bruja y no dudaré en hacer que la policía también lo vea, con tal de que no sea el preso yo.

—Yo solo elaboro remedios con plantas medicinales y me apoyo de mis guías para predecir el futuro, pero tú... Hasta Dios mismo sabe que fuiste tú el culpable de todo; y Él siempre hace justicia. ¡No voy a delatarte el paradero de esa muchacha!

Preso de ira extrajo el machete de su vaina, tirándola de sus cabellos para ponerle el arma en el cuello.

—Con o sin tu ayuda la puedo encontrar, mugrosa Estrellita. Pero preferiría no tener que manchar mi machete. Dime donde está Paulina y te dejaré vivita y coleando.

Cuando ella volvió a negar, revolviéndose por soltarse de él, Jesús Pulgarín le propinó una patada en el estómago que la hizo quedarse sin aire.

—Tan bonita pero tan bruta. Como todas las mujeres—movió el arma solo unos milímetros, haciéndole un cortesito. La sangre resbaló por la hoja del machete—¿Algo que quieras decir antes de que te mande de juicio con el Creador? Porque después de esto te vas derechita al infierno.

—Dos cosas—susurró—uno: La verdad siempre sale a la luz. Lo creas o no. Y te estaré esperando en el infierno porque allá también vas a terminar.

Jesús no disimuló un bostezo mientras afirmaba más el agarre en sus cabellos hasta lastimarla en el cuero cabelludo.

—¿Y cuál es la segunda? Que se me está cansando como la mano.

—Encontrarás a Paulina. Lo veo en el futuro—sonrió con satisfacción aun a pesar de que él la tuviera amenazada de muerte—pero ya no será la misma y ya no estará sola.

—¿De qué estás hablando?

¿No estaría sola? ¿A quién más tendría que matar aparte de sus hijos?

—Encontrarás a Paulina pero solo por unos minutos. Tiempo suficiente para que veas que tendrá a alguien que la amará y cuidará como tú nunca lo hiciste. Y con ese hombre si no podrás medirte jamás. Ese hombre es mas fuerte y poderoso que tu.

—¡Puras bobadas estás diciendo, mujer!—le escupió en la cara.

Ella gimió tratando de limpiarse, y cuando lo miró, su rostro era el de la muerte.

—Estás acabado, Jesús Pulgarín.

Y ella misma se echó algo en la boca que en cuestión de minutos le quitó la vida, en lugar de que él la decapitara. Cuando la dejó en el suelo con su boca echando espuma roja y los ojos volteados, lo envolvió el miedo y el asco.

De verdad era una maldita bruja.

Guardó su machete a un costado de su pantalón.

—Pero ella ya no es mi problema.

Su problema era dónde buscar a Paulina, ¿Cuándo esa mujer era su última esperanza?


NOTA DE AUTORA:

LEO SUS APUESTAS JAJAJAJA ¿CUANTO CREEN QUE SE DEMORE JESÚS EN HALLAR A PAO? ¿CREEN QUE LE HAGA DAÑO?

NOS VEMOS EL VIERNES DE LA OTRA SEMANA

LAS QUIERO

LAU<3

LAU<3

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ENTRE LA CRUZ Y EL CORAZÓN (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora