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Camila Hastings

- Camila - me llamó mi papá después de pasar su bocado - en unas semanas vamos a empezar a trabajar con nuevos artistas. Es una alianza que firmamos con otra disquera.

Dejé de comer, intrigada por lo que decía.

- ¿Y qué disquera es?

- Los CT.

- Ay, si papá - dije riendo, incrédula.

- Es en serio, Millie.

- ¿La de Natanael Cano?

- Pues si, hija, ¿quién más? - respondió obvio.

Mis ojos se abrieron ligeramente por la sorpresa, aún un poco incrédula por sus palabras.

- ¿Y por qué se hizo la alianza?

- Hubo unos problemas con su álbum pasado y no quieren que se repita - asentí con una pequeña risa, al recordar clips de su live cuando salió su álbum - y también para impulsar a los artistas que tienen firmados.

- ¿Por qué no me habías dicho antes? - pregunté con un ligero destello de reproche.

- Queríamos mantenerlo en bajo perfil hasta que todo estuviera bien cerrado - explicó con una sonrisa tranquila - pero te digo ahorita para que te vayas preparando para cuando lleguen a la oficina.

- ¿Cuándo te ha hecho quedar mal la niña, Richard? - intervino mi mamá, mirándolo con los ojos entrecerrados.

Di un bocado a mi comida mirándolo burlona.

El soltó una risa y negó con la cabeza.

- Es verdad, cariño, nunca me has hecho quedar mal - sonreí satisfecha - pero yo sé que te gusta su música... solo es para que te prepares, porque vas a estar trabajando mucho con ellos. 

- Te prometo portarme bien - dije manteniendo mi sonrisa, la emoción invadiendo mi cuerpo.

- Eso espero, señorita - advirtió señalándome con su tenedor con una media sonrisa.

- ¿Entonces estarán trabajando en el edificio? - pregunté, intentando entender todo completamente.

- La mayor parte del tiempo si, pero ya sabes que graban en diferentes lugares...

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Natanael Cano

Miraba la hora en mi celular, esperando a que diera la hora de la junta. Hoy era uno de esos días en los que mi paciencia estaba al límite.

- ¡Camila! - escuché a un wey decir, rodé los ojos.

Qué necesidad de andar tan animados?

De reojo vi cómo abrazaba a una morra mientras se saludaban.

- ¿Qué tal tus vacaciones?

- Estuvieron bien, la playa nunca cae mal - respondió despreocupada, otra vez rodé los ojos.

Suspiré y miré nuevamente la pantalla de mi celular, ya quería acabar con esto y empezar a trabajar.

Mi atención volvió a la tal Camila y su amigo. Ella se reía, como si la vida fuera tan fácil y divertida, como si todo se tratara de viajes a la playa, viviendo en su propio mundo, uno donde los problemas no existían.

Estrellas | Natanael Cano  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora