XX

990 119 15
                                    


Camila Hastings

Han pasado tres días desde la gran propuesta de Natanael, tres días en los que para mi buena suerte no lo había visto y, aunque me negara a admitirlo, lo extrañaba.

Me acomodé en la silla, intentando concentrarme en la pantalla del computador, hasta que unos golpes en la puerta me hicieron tensarme.

Dirigí mi mirada a ella y ahí estaba el, apoyando contra el marco.

- Hola, Cami - saludó con una sonrisa suave - ¿ya estás más calmada?

Rodé los ojos regresando mi atención a la pantalla.

- No te quiero ver - hablé intentando que mi voz sonara más firme de lo que realmente me sentía.

Natanael soltó una ligera risa, como si mi respuesta no fuera lo suficiente para disuadirlo, y cerró la puerta tras de sí antes de avanzar hacia mi escritorio.

- Bueno, pues aquí estoy de todas formas - dijo sentándose en la silla frente a mi.

- ¿Y qué quieres? - pregunté con frialdad, cruzando los brazos sobre mi pecho.

- ¿Ya pensaste lo que te dije?

Lo miré con incredulidad, soltando una risa seca antes de responder.

- Ya te dije que no va a pasar, Natanael.

El se recargó en la silla, como si estuviera dispuesto a discutirlo por horas.

- Si, pero pensé que tal vez... después de unos días, lo habrías visto con más calma - respondió con esa seguridad característica que tanto me sacaba de quicio.

Lo observé fijamente, sintiendo cómo mi paciencia empezaba a agotarse.

- ¿Con más calma? - repetí, entrecerrando los ojos - no me importa el tiempo que pase, no pienso aceptar ser tu puta de cabecera.

Su ceño se frunció y se apresuró a negar con la cabeza.

- No es así, Cami - dijo con firmeza, su tono ahora más suave.

Negué con ironía mientras lo veía inclinarse en la silla.

- Te valoro mucho, de verdad - continuó - me gusta mucho pasar tiempo contigo, todo contigo se siente diferente. Y me importa más de lo que puedes imaginar. No quiero perderte, Cami. No quiero dejar de verte.

Sus palabras me golpearon de una manera inesperada, pero no me dejé llevar por el estúpido impulso de ceder.

- Si lo que dices fuera cierto, no querrías estar conmigo y con otras personas a la vez - respondí con voz tranquila, pero cargada de frustración. 

Natanael se quedó en silencio un momento, como si estuviera procesando mis palabras. Su rostro pasó por varias expresiones, desde la sorpresa hasta la resignación, y finalmente suspiró.

- Es que si es cierto, Cami - dijo, su tono ahora más bajo, más vulnerable - sé que tú te mereces mucho más que esto, pero no puedo ofrecértelo ahora... pero tampoco quiero perder lo que tenemos.

Su voz se desvaneció al final de su frase, como si el peso de sus palabras lo hubiera hecho vacilar.

Me quedé en silencio, regañándome mentalmente por siquiera considerar la opción de aceptar. Yo tampoco quería dejar de verlo pero me negaba a estar involucrada en algo así.

- Solo... solo piénsalo, Cami - habló de nuevo - de verdad quiero estar contigo.

- A medias, Natanael - respondí con la voz tensa - y yo no quiero eso.

Se quedó en silencio, su expresión cambiando lentamente, como si las palabras lo hubieran golpeado más de lo que esperaba. Pude ver cómo luchaba por encontrar algo que decir, algo que pudiera cambiar lo que acababa de decir.

- No es a medias, Cami, de verdad...

- Sí lo es - lo interrumpí, sin poder evitarla dureza en mi tono - ¿de verdad esperas que las cosas estén bien mientras sé que ves a otras personas?

- Chula, es que entre nosotros nada va a cambiar - dijo con su voz cargada de frustración - tu y yo seguiremos igual, como lo habíamos estado haciendo.

- No, Natanael, no será así - repliqué con enojo - seré una opción más para ti, solo cuando te convenga.

Entrecerró los ojos, y su expresión cambió a una mezcla de sorpresa y molestia.

- No digas eso, Cami. Tú no eres una opción para mí, eres más que eso - respondió con tono firme, como si de verdad creyera que esas palabras podían arreglarlo todo.

- ¿No lo soy? - pregunté con ironía - porque lo único que me estás diciendo con todo esto es que si.

- No quiero que pienses eso. Tú eres importante para mí, lo sabes - dijo con voz más suave, casi como una súplica - me gusta lo que tenemos, no quiero perderlo.

- No te creo, Natanael.

Se quedó callado, su mirada fija en mí, como si estuviera buscando algo que pudiera decir para cambiar mi decisión.

- Chula... - murmuró al final - es que no quiero dejar de verte.

- Yo tampoco - admití sintiendo un nudo en el estómago - pero no por eso voy a aceptar algo así.

Natanael bajó la mirada, pasando una mano por su rostro, claramente frustrado. El silencio entre nosotros se hizo pesado.

- Cami, no te estoy pidiendo que aceptes esto porque no te valore - dijo con voz baja, casi un susurro - es todo lo contrario. Te valoro tanto que no quiero que esto termine.

Mi corazón se encogió al escucharlo, pero no podía dejarme llevar por eso.

- Si realmente me valoraras, quisieras estar conmigo bien, como se debe.

Sus ojos se encontraron con los míos, llenos de algo que no podía identificar del todo: arrepentimiento, miedo, tal vez ambos.

- Es que no se cómo hacerlo de otra forma - confesó, su voz cargada de vulnerabilidad - no sé cómo comprometerme completamente, pero tampoco quiero perderte.

- Pues qué lástima - respondí, mi voz temblando un poco - porque yo no voy a aceptar algo así, y si eso era todo lo que tenías que decir, ya vete por favor.

Natanael se quedó quieto, como si mis palabras lo hubieran golpeado físicamente. Su mandíbula se tensó y vi sus puños apretarse sobre sus rodillas.

Finalmente se levantó, soltando un suspiro pesado. Me miró por ultima vez, sus ojos reflejando una mezcla de frustración y arrepentimiento que casi me desarmó.

Sin decir otra palabra, se dirigió a la puerta y la abrió.

- Si aceptas - habló girándose - no te arrepentirías. 

- Si me arrepentiría y no voy a aceptar - contesté firme, mi voz seca y fría.

Asintió levemente y pude ver una chispa de enojo en su expresión, misma que fue confirmada cuando cerró la puerta de un fuerte golpe.

En serio se enojó porque no acepté?
Pinche loco







——————————

Feliz navidad adelantada! Pásenla muy bonito
Espero les gusten los capítulos 🫂💖

Estrellas | Natanael Cano  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora