III

1.2K 131 8
                                    


Natanael Cano

Maldije internamente cuando la vi avanzar por el pasillo, comenzando a seguirla.

- ¡Hey, Camila! - la llamé para que se detuviera.

Detuvo su paso pero no se giró inmediatamente, y cuando llegué con ella, finalmente volteó.

- ¿Qué quieres?

Me quedé callado, intentando formular mi oración.

- ¿Entonces? - insistió alzando las cejas.

Rodé los ojos, mentándole la madre mentalmente al Chapo.

- Necesito que me ayudes - dije entre dientes, sintiendo que las palabras me quemaban.

Me miró con incredulidad y eso solo me hizo sentir más pendejo.

- ¿Qué necesitas? - preguntó seca.

Tragué saliva un poco confundido, pensé que lo primero que haría sería echarme en cara lo que dije en nuestra última conversación.

- Quiero saber más o menos que preguntas harán en la rueda de prensa.

Porque según las palabras del Chapo: "esto era serio y no podía contestar con mis mamadas de siempre".

Se quedó callada por un momento, tal vez evaluando si valía la pena ayudarme o no, y eso solo aumentó mi frustración.

- Está bien - respondió finalmente - te llevaré las preguntas en un momento.

- ¿Así de fácil? - pregunté sin pensarlo, arrepintiéndome de inmediato.

- Supongo que tú también estas acostumbrado a conseguir las cosas así de fácil, ¿o me equivoco? - replicó con cierta burla.

- Nel, mija - dije sin dudar, mientras la veía rodar los ojos - no te confundas, yo sí me parto la madre por lo que tengo.

- Lo que tú digas, Natanael - contestó fría para después darse la vuelta y seguir su camino.

La vi alejarse, apretando los dientes. Algo en su tono y su forma de ignorarme me provocaba una mezcla de irritación y frustración. Su existencia me estresaba.

Salí de nuevo del edificio dispuesto a fumarme un cigarro para relajarme y, cuando me adentré a la sala de producción, vi un folder en la mesa con una nota con mi nombre.

La abrí comenzando a leer, y de inmediato me di cuenta de que era lo que Camila había preparado para la rueda de prensa.

Fruncí el ceño al pasar la vista por la primera página. No solo eran claras y bien estructuradas, sino que tenían un toque personal que no esperaba. Había incluido detalles de mi carrera, de mis inicios, incluso anécdotas que sabía que sonarían bien con los medios.

- "¿Cómo enfrentaste las críticas al principio de tu carrera?" - leí en voz baja, y luego vi la respuesta: "Agradecido con quienes me apoyaron, pero también entendiendo que no puedo agradarle a todos. Las críticas me impulsaron a trabajar más duro y a demostrar que estoy aquí porque me lo he ganado."

Me apoyé en el respaldo del sillón, sorprendido por lo que había escrito.

Seguí leyendo y me detuve en otra: "¿Qué te inspira a seguir creando música?" La respuesta sugerida hablaba sobre mi familia, mi equipo, y el deseo de conectar con quienes escuchan mis canciones.

- ¿Cómo chingados sabe estas cosas? - murmuré para mí mismo.

Sentí una mezcla de incomodidad y admiración. No quería reconocerlo, pero las sugerencias de Camila eran buenas.

Estrellas | Natanael Cano  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora