Camila Hastings- ¿Necesitas algo más? - preguntó Mario.
Negué con la cabeza y antes de que pudiera decir algo, la puerta de mi oficina se abrió y entró Natanael sentándose en el sillón. No pude evitar que mi ceño se frunciera ligeramente ante su entrada sin anunciarse, pero ya ni enojarse valía la pena.
Mario lo miró de reojo un poco sorprendido, pero rápidamente se volvió hacia mi mostrando una sonrisa.
- Es todo, Mario, gracias - dije con calma, regresándole la sonrisa.
- Nos vemos para comer, entonces.
- Nos vemos - respondí antes de que saliera y cerrara la puerta tras el.
Solté un suspiro mientras organizaba unos papeles sobre mi escritorio, fingiendo que no me importaba la presencia de Natanael en mi oficina. Él, por su parte, parecía demasiado cómodo, como si tuviera todo el derecho de irrumpir en mi espacio.
- ¿No piensas decir nada? - preguntó después de unos segundos de silencio, recostándose en el sillón con los brazos extendidos sobre el respaldo.
- ¿Qué quieres que diga, Nata? - respondí sin levantar la vista, intentando mantener mi tono neutral.
- No sé, tal vez un "hola, ¿qué haces aquí?" o un "mi amor, me encanta que me sorprendas" - dijo con una sonrisa evidente en su voz.
Levanté la mirada finalmente, cruzando los brazos sobre mi escritorio.
- ¿Y si mejor te pregunto por qué entras sin avisar? - le solté con una ceja levantada.
- Porque sé que te encanta verme - contestó con una sonrisa confiada - ¿me vas a correr?
- Estoy pensando en hacerlo - mentí con una pequeña sonrisa.
- No lo harías - replicó caminando hacia mi.
Se detuvo al otro lado del escritorio, inclinándose ligeramente hacia mí con esa mirada intensa que siempre lograba ponerme nerviosa.
- ¿Por qué estas tan seguro de eso? - pregunté, manteniendo mi compostura aunque por dentro mi corazón latía con fuerza.
- Porque no puedes resistirte a mí - respondió con tono suave, mientras se acercaba más.
Rodé los ojos, intentando restarle importancia a sus palabras, pero cuando quise responder, rodeó el escritorio, colocándose a mi lado antes de que pudiera detenerlo.
- Natanael, estoy trabajando - intenté advertir, aunque mi voz sonó menos firme de lo que hubiera querido.
- Solo un minuto, Cami - dijo, tomándome suavemente por la nuca y atrayéndome hacia él. Antes de que pudiera protestar, sus labios se encontraron con los míos, robándome cualquier palabra que pudiera haber dicho.
Cuando nos separamos, sonreí sin poder evitarlo.
- Eres imposible.
El sonrió, acariciando mi mejilla con su pulgar.
- Y tú eres irresistible - replicó antes de apartarse con calma y sentarse en la silla frente a mi - no quiero parecer mandón, pero necesito lo de Delilah para mañana.
Asentí con la cabeza, un poco extrañada por su repentina urgencia.
- No podrás salir a comer - habló de nuevo - ¿qué se te antoja pedir?

ESTÁS LEYENDO
Estrellas | Natanael Cano
FanfictionBebecita, dime qué pasó Si cometí un error Y es que no puedo vivir sin tu calor Y ya no quiero ser el mismo que era yo - 🌟 - Bebecita, ¿qué pasó? ¿Qué ya se te olvidaron las cosas que pasamos? Pero yo me he aferrado - 🌟 - Es que yo sin ti No sé...