VIII

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Natanael Cano

Asentía levemente a lo que decía Richard, pero en realidad quien estaba poniendo atención era el Chapo. Unos golpes en la puerta lo interrumpieron.

- Permítanme - dijo levantándose de su silla - ¿me esperas? Ya casi termino - habló al abrir la puerta.

- Es urgente, es sobre Camila - respondió la otra voz.

Mi curiosidad despertó, seguía llevándome de la verga con ella y me caía aún peor, pero, chisme es chisme.

De reojo vi al Chapo seguir anotando unas cosas despreocupado, así que continué prestando atención.

- ¿Qué pasa? - preguntó Richard, con preocupación en su voz.

- Arturo está armando un caso - la voz del otro lado continuó en tono bajo, como si tratara de que nadie más escuchara - un conocido me dijo que se está viendo con un abogado para conseguir salir antes de la cárcel. Todavía no inician el proceso, pero tiene tiempo y está haciendo todo lo posible para lo que dejen salir.

Sin poder evitarlo, mi ceño se frunció, sin entender absolutamente nada. ¿Qué chingados tiene que ver Camila con un wey que está en la cárcel?

Hubo un tenso silencio, parecía que Richard aún estaba procesando la información. Yo por mi parte, me quedé quieto, esperando escuchar más.

- Empieza a arreglar todo para detener eso - habló Richard firme, su voz endurecida - ahorita que termine esto te hablo... y que Camila no sepa nada de esto

En qué chingados te metiste, Camilita?

Richard regresó sentándose frente a nosotros, pero su expresión era más seria que de costumbre y, por mi mente no dejaban de pasar miles de preguntas que me moría por hacer.

- ¿Quieres que volvamos luego? - preguntó Chapo al notar el cambio de Richard.

Se quedó pensativo unos segundos para después asentir levemente.

- Si, por favor - respondió con la voz aún grave - déjenme arreglar esto y vuelvo con ustedes.

Chapo se levantó primero, y aunque no quería, tuve que imitarlo.

- Que todo salga bien - dijo antes de girar y comenzar a avanzar conmigo, logrado confundirme aún más.

Escuché que Richard murmuró un agradecimiento antes de salir.

- ¿De qué estaban hablando? - pregunté directamente una vez que salimos y avanzábamos hasta su oficina.

- Ahorita te lo explico - contestó en voz baja, aunque pude notar que el también estaba algo tenso.

Asentí, sintiéndome cada vez más impaciente.

- ¿Entonces? - insistí ya que estábamos dentro de la habitación - ¿qué vergas fue todo eso?

- Todo un desmadre - murmuró dejándose caer en la silla, lo miré esperando a que siguiera.

Suspiró, como si quisiera medir sus palabras.

- Camila es adoptada, su papá biológico es Arturo, el que está en la cárcel.

Mi mente tardó unos segundos en procesar lo que acababa de escuchar.

Camila QUÉ?

- ¿Qué? - fue lo único que logré articular.

- ¿No lo sabías? - preguntó extrañado - fue un caso muy mediático cuando pasó - negué levemente sin saber qué más decir - bueno, tú también estabas morillo.

Estrellas | Natanael Cano  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora