XXVI

933 133 11
                                    


Camila Hastings

- No mames - habló Lucia a mi lado - ¿ya viste quién llegó?

Negué con la cabeza, aún mirándola a ella, deseando que no fuera quien pensaba.

- No voltees, te está viendo.

- Pero dime quién es - dije mirándola con el ceño fruncido mientras le daba un trago a mi vaso.

Soltó un bufido dirigiendo su mirada hacia mi.

- Natanael - respondió entre dientes.

Me encogí de hombros, intentando no darle mucha importancia o reaccionar de más, algo me decía que ella ya estaba comenzando a sospechar.

- Es el momento perfecto para que vea de lo que se perdió - habló con emoción - te presto a Cristian - añadió moviéndose de lugar, dejándonos a los dos juntos.

Ambos reímos por su acción mientras yo negaba con la cabeza.

- Hasta se pueden besar.

- ¡Lucia! - dijimos su novio y yo al mismo tiempo.

Ella rió encogiéndose de hombros.

- Bueno, beso de tres si quieren - respondió despreocupada.

- Cris, ya no la dejes tomar, por favor - pedí mirando a su novio, quien rió negando con la cabeza.

- Ven, amor, ya siéntate - dijo Cristian tomando el brazo de Lucia y sentándola en el sillón.

Riendo, imité su acción, quedando al lado de mi amiga. Repasé con la mirada el lugar hasta encontrarme con el, sonriéndome a lo lejos. Le devolví el gesto, aunque mi sonrisa fue más pequeña para después pasar mi mirada a su alrededor.

Un nudo se formó en mi estómago al ver que había mujeres con ellos. Tomé un respiro profundo antes de enfocarme de nuevo en mis amigos, dispuesta a ignorar su presencia lo que restaba de la noche.

Mi celular vibró anunciando un mensaje y al leerlo, rodé los ojos.

"No me vas a saludar, mi amor?
Te ves preciosa, por cierto"

Antes de que pudiera responder algo, llegó David, uno de mis amigos, invitándome a bailar con el. Sin dudarlo acepté, es parte de mi libertad, ¿no?

David, me hacía reír con sus movimientos exagerados y su energía desbordante. A pesar de que mis pensamientos seguían regresando a Natanael, me forzaba a mantener la sonrisa mientras me dejaba llevar por el ritmo de la música.

Lo único que me ayudó a mantenerme un poco calmada fue que las pocas veces que me atreví a mirarlo, no estaba haciendo nada con las mujeres que lo rodeaban, aunque eso no quitaba mi malestar.

Por lo menos no es tan descarado...

Pasado un tiempo, me senté a descansar y mientras bebía de mi vaso, mi celular comenzó a vibrar con demasiada insistencia, a pesar de que tenía rato intentando ignorarlo.

——————————

Natanael Cano

No me vas a saludar, mi amor?
Te ves preciosa, por cierto
Leído 11:13 pm

Cami
Hazme caso, mi amor
Vamos al baño
Te quiero saludar
Enviado 11:24 pm

Amor, ve al baño
Morra
Te estoy hablando
Hazme caso
Camila
Contesta los putos mensajes
Tienes el pinche celular en la mano
No te hagas
Sé que los estás leyendo
Camilaaaa
Ve al baño
Chingada madre
Voy a ir por ti y sé que no quieres
Si en cinco minutos no vas, voy a ir por ti
Ya te dije, mi amor

Estrellas | Natanael Cano  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora