XII

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Natanael Cano

Salí del edificio dispuesto a fumar, pero me detuve al verla subir a su auto. Me quedé un momento con el cigarro en la mano, dudando.

Por alguna razón, no quería dejar que se fuera sin despedirme. Caminé hacia su auto, guardando el cigarro, y toqué la ventana con los nudillos.

Ella giró la cabeza hacía mí, claramente confundida, y bajó el vidrio con lentitud.

- Hola, Cami - saludé apoyándome en el marco de la ventana.

- Hola - respondió aún confundida.

- ¿Ya te vas sin despedirte? - dije, fingiendo estar ofendido.

Rodó los ojos, como esperaba.

- ¿Desde cuándo te importa que me despida?

- Ya te había dicho, eres mi amiga - hablé con una sonrisa.

- Adiós entonces.

- ¿A dónde vas? - pregunté ignorando que ya quería terminar nuestra conversación.

- Unos pendientes de trabajo.

- ¿Puedo acompañarte?

- ¿Por qué querrías ir?

- Porque aquí me quieren poner a trabajar y no quiero - respondí en un quejido.

- Pues vete a tu casa - dijo obvia.

- Me voy a aburrir.

- Pues...

- Por favor, Camila, déjame acompañarte - pedí exagerando, juntando las manos como si estuviera rogando - no quiero trabajar.

Sonreí al verla reír.

- Natanael, no tiene sentido que vengas. Es aburrido lo que haré.

- Pues así te entretengo - hablé al instante.

- ¿Y quién dice que necesito que me entretengan? - replicó alzando una ceja.

- No lo necesitas, pero igual lo hago - respondí encogiéndome de hombros, confiado - déjame ir, te vas a divertir.

Suspiró, mirándome como si estuviera calculando cuánto iba a arrepentirse de dejarme ir con ella.

- Está bien, sube - dijo haciendo un movimiento con la cabeza.

Sonreí triunfal mientras rodeaba el auto y subía al asiento del copiloto.

- A la primera queja de que estás aburrido te voy a bajar del carro - advirtió apuntándome con su dedo índice.

- ¿Y si me roban? - pregunté fingiendo preocupación.

- Correré el riesgo - respondió sin inmutarse.

- Culera - susurré cruzándome de brazos.

Ella soltó una suave risa comenzando a manejar.

- Ten, pon música si quieres - dijo extendiéndome su celular.

Lo tomé y comencé a ver sus playlists.

- Entonces si eres mi fan - hablé burlón.

Camila rodó los ojos pero no respondió nada.

- Pensé que escuchabas música más... ah, ya vi que también - dije riendo al ver las combinaciones de géneros en sus playlists.

- ¿Más qué? - preguntó lanzándome una mirada rápida.

Estrellas | Natanael Cano  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora