{Narras Tú}
El alma se me calló a los pies y me bajé del auto sin poder creer la situación.
—¿Qué diablos...? – dije interrumpida por un colapso nervioso.
—¿Estás segura de que es aquí? – preguntó Christopher detrás de mí.
—¡Por supuesto que si! ¿Dónde demonios está la casa? – dije desesperada.
—_____ – comenzó Christopher – debo irme cielo.
No tenía tiempo para analizar lo que decía. Estaba tan confundida y asustada. Y sin anticipación comenzaron a caer silenciosas lágrimas por mi rostro. Pensaba gritarle en la cara que si en realidad planeaba dejarme sola, en medio de la noche, en un pueblo que yo no conocía, pero la verdad era que no podía reclamarle nada. De hecho, el ya había hecho suficiente por mi.
—Está bien, ve – dije tranquila sin darme vuelta. No quería que me viera llorar – Gracias por traerme.
—Aquí tienes mi número – se acercó a mi y me entregó un papel. Automáticamente bajé la mirada, ocultando mi expresión devastada pero no funcionó – ¿Estás llorando? – preguntó alarmado.
—No, no – dije intentando que no se note mi voz quebrada – Ha sido un placer, Christopher. Nos vemos – me despedí mientras caminaba hacia cualquier dirección. No recordaba absolutamente nada del lugar, y como mis altas expectativas no me habían prevenido, ahora estaba sola, sin comida ni agua, sin casa, y más importante, sin dinero para volver.
—¡_____! – gritó Christopher a mis espaldas, pero lo ignoré.
Caminé dos cuadras cuando de repente, su auto se aparcó a un lado de la calle y él se bajó rápidamente.
—¿Puedes esperar un momento? – dijo preocupado. Mis labios empezaron a temblar, sentí una presión en el estómago, y se me hizo un nudo en la garganta. Miré hacia arriba intentando contener el llanto, pero las lágrimas amenazaban con derramarse nuevamente. Para mi sorpresa, Christopher no dijo nada, solo me abrazó y me apretó contra su pecho. Se sentía bien. Hacía frío, y yo tenía mi mejilla pegada contra su suéter, y su delicioso aroma.
—Todo va a estar bien, linda – acarició mi pelo y me pregunté porqué estaba siendo tan bueno conmigo – Cuéntame que sucedió.
Al diablo, me importaba una mierda contarle mi pasado a Christopher. Ya no tenía nada. Conté todo y con lujo de detalles, mientras él conducía en dirección a quien sabe donde.
—Lo siento _____ – dijo cuando terminé la historia.
—No importa, fui bastante estúpida. Debería haber intentado contactar a mi abuela, era algo obvio – dije masajeándome la sien con el índice – Gracias por escucharme.
Christopher sonrió sin alegría. Estaba pensativo.
—¿Qué? – pregunté luego de un momento.
—Puedes quedarte conmigo si quieres – lo miré suspicaz – Me refiero... A... Que no... Digo... – reí al verlo nervioso – En mi departamento. Te ayudaré a buscar a tu abuela en el pueblo.
Sonreí. ¿Debería confiar en él? Volví a ponerme en la misma perspectiva. Ya no me quedaba nada, ¿Qué podría perder?
—¿Porqué eres tan bueno conmigo? ¿Cómo dejarías que una extraña se quede en tu casa? – pregunté riéndome.
—Pues, eres una extraña sexy – me sonrojé – No creo que seas una loca que vaya a asesinarme por la noche, ¿Verdad? – nos reímos.
—No. Aún no – dejé una pausa dramática mientras él me miraba con sorpresa fingida – Es broma – reí y suspiró aliviado.
—Pues, está decidido – sonrió – Te quedas.
{Narra Christopher}
Se veía tan dulce y deliciosa. Me sentía un gran pervertido al tener pensamientos tan carnales con ella. Pero era inevitable. Esos ojos, esos labios... Me moría por besarla. Solo de mirarla me ponía duro. No, no malpiensen. Luego de que me contara su historia, en realidad le había ofrecido mi departamento para ayudarla. Pero no sabría que podría pasar al verla acostada en una cama. Puse la radio y le hice una seña a _____ para que pusiera la estación que quisiera.
—He escuchado esta canción durante todo el viaje en el tren, es mi favorita – dijo mientras sonaba "Kilómetros".
Continuamos el viaje hasta mi departamento. Al llegar, bajamos y tomé su mochila del baúl del auto, realmente pesaba.
—¿Que traes aquí? ¿Un cadáver? – pregunté divertido.
—No, simplemente traigo todo mi equipo para destrozarte esta noche – respondió con sarcasmo y una sonrisa inteligente.
—Destrózame en la cama – susurré muy bajo y para mi.
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Enamorada de un Mujeriego | Christopher Vélez
Fanfiction...y entonces descubrió que sin amor, todos los besos saben a lo mismo...