Capítulo 55

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{Narras }

Me dí vuelta con el nerviosismo a flor de piel.

—¿A Niall Horan? – preguntó Johann a punto de estallar en carcajadas – ¿Es en serio?

Observé a Christopher que estaba conteniendo la risa también.

Debía vengarme.

—No Johann, de hecho, le mencioné tu gran, graaaan atractivo – dije sin descaro notando como la expresión de Christopher se transformaba en una mezcla de enojo y celos.

Mi profesor sonrió satisfecho.

—Gracias, _____, tu también eres muy atractiva – miró a Christopher como intentando no parecer fuera de lugar – Tienes suerte, amigo.

Christopher arqueó una ceja y me miró expectante.

—¡Oh sí! La tiene – me acerqué a él y pasé mi brazo por su cintura.

Él besó mi frente y me estrechó contra él, en un abrazo más posesivo que protector.

Sofía llegó con una maleta enorme y la observé atenta.

—Bien, aquí tienes todo lo necesario – dijo dejando la maleta a mis pies.

—¿Ni siquiera puedo hacer mi maleta yo sola? – pregunté haciéndome la ofendida.

Ella me guiñó un ojo y supe que algún plan se traía entre manos.

—¿Tienen algún plan? – cuestionó Johann y al instante se sonrojó – Me refiero a que... Digo... ¿Quieren que vayamos a cenar todos juntos?

Me reí y Christopher deslizó con total naturalidad su mano hacia mi trasero.

Arqueé una ceja y me aparté de él.

—Lo siento, Johann, ahora estoy, estamos – me corregí – Muy cansados. ¿Qué les parece mañana?

—Genial, más te vale que llegues temprano a tus clases _____ – Me advirtió mi amiga – Christopher, no hagas que se retrase.

—No, claro que no – dijo mi "novio", pícaro.

—Bien, supongo que eso es todo – suspiré retórica.

Sofi se acercó a mi, y me abrazó casi estrangulándome.

—Te voy a extrañar demasiado – hundió su rostro en la curva de mi cuello.

—Estaré aquí todos los días – susurré casi advirtiéndola – No te librarás de mí tan fácil.

Ella rió.

Nos despedimos de Johann y Sofía, y nos fuimos hacia el apartamento de Christopher.

El viaje transcurrió totalmente en silencio.

—¿En realidad estás cansada? – preguntó Christopher perspicaz.

Me reí en respuesta.

—Créeme que no – susurré acercándome a él.

Él dejó la maleta en el pasillo principal y me estrechó en sus brazos para luego plantar un profundo beso en mi boca.

Sus labios me parecían dulces, pero se iban tornando exigentes a medida que pasaban los minutos.

Sus manos descendieron lentamente desde mi espalda hasta la zona lumbar y me apretaron contra su cuerpo.

Pude sentir su gran amigo contra mi vientre. Gemí cuando sus manos se deslizaron con rapidez debajo de mi camiseta.

—Cuánto extrañaba esto – jadeé cuando mordió mi cuello.

—Vamos a la cama – murmuró con la excitación proyectada en sus ojos.

Me tomó sobre su hombro y comencé a reírme mientras subía las escaleras rápidamente.

Abrió la puerta de su habitación y con agilidad me soltó sobre la cama.

—Qué sutil – dije sarcástica y reímos.

Me empujó para que quedara acostada y al instante se acostó sobre mí.

Pasé mis brazos detrás de su cuello y lo atraje aún más hacia mis labios.

El pulso me rugía detrás de los oídos, y sentía la piel arder con cada roce.

Gemí ahogándome cuando Christopher quitó mi blusa y comenzó a dejar un camino de ardientes besos desde mi cuello hasta el vientre.

Enamorada de un Mujeriego | Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora