Enamorada de un Mujeriego | Christopher Vélez

Capítulo 77

{Narras Tú}

—Aún dudo que esto sea correcto, pero jamás fallaría a mi palabra.

—Es un gusto conocerte, _____ – dijo ella – Aunque no en muy buena situación, agradezco que hayas venido. Pasa por favor – dijo haciéndose a un lado.

Pasé algo cohibida ante tanta elegancia.

Nos sentamos en el amplio living de la sala, y luego de unos minutos de silencio incómodo de mi parte, apareció quién sería la sirvienta con dos cafés en tazas de porcelana.

Con una expresión amable, acercó la delicada bandeja hacia mí, para que pudiera tomar la taza.

Le agradecí con una sonrisa breve y le dí un pequeño sorbo al humoso café.

—Lamento lo que ha sucedido entre usted y Christopher, señora Muñóz.

—Esto sería menos incómodo si me tutearas, _____ – dijo con total naturalidad – Dime Yenny, por favor.

—Lo siento – dije algo nerviosa al tener a mi suegra frente a mí – Yo quisiera ayudarla a restablecer su relación con Christopher – mi voz destilaba tensión – Sé que no es mi asunto, y no quiero sonar entrometida, pero no me parece bien que él esté peleado con ust... Contigo, Yenny.

Ella sonrió agradeciendo mi informalidad.

—Te agradezco muchísimo, _____, pero realmente ya no sé cómo hacer que Christopher me hable. Él es muy testarudo.

Esta vez sonreí yo. Si había alguien que lo conocía mejor que yo, era su madre.

—¿Puedo preguntar por qué? – dijo tímidamente Yenny.

—¿Porqué qué? – pregunté confundida.

—¿Por qué te interesa nuestra relación con Christopher? – cuestionó ella con suavidad – No me mal interpretes, me agrada que sea así, pero es simple curiosidad.

Suspiré.

—Supongo que es porque yo no tengo a mi madre. Y no me gustaría que Christopher se arrepienta de no haber estado cerca de usted, lo suficiente.

Ella volvió a sonreír.

—No voy a juzgarla – le dije volviendo a la formalidad – Yo sé lo que es cometer errores. Y tampoco quiero salirme de lugar, pero ¿Por qué tenía tan mala relación con el padre de Christopher? – pregunté rogando que no se enojara ante mi pregunta entrometida.

—Pues, no lo sé. Christopher ha heredado la personalidad de su padre – sonreí – Así que el porqué de las peleas. Él era todo un conquistador en nuestros tiempos. Y por esa misma razón nos separamos. Y no soy precisamente buena refiriéndome a los celos. También he cometido errores en el camino. Es una historia larga – suspiró – El problema es que el padre de Christopher siempre ha sido muy demandante. Cuando nos separamos, temí que quisiera quitarme a mis hijos, y me volví totalmente loca. Ellos son lo más preciado que tengo.

{Narra Christopher}

Después de haber resuelto las cosas con _____, todo marchaba de maravilla. Vivir con ella era toda una odisea. Pero pese a nuestras peleas y enojos, cada día estaba más seguro de que era la mujer de mi vida.

Salí de ducharme y me cambié.

Al dirigirme a la cocina, Miel, el odioso perrito de _____, se escurrió entre mis piernas.

No sabía porqué, pero estaba seguro de que ese maldito perro me odiaba e intentaba separarme de ella.

"Hay Chris, tu siempre tan racional", se había reído _____, ante mi explicación.

Algo en la mesada me llamó la atención. Una nota de ella.

¿De quién más si no?

Se había ido con Sofía.

Esta situación me dejaba incómodo. No el hecho de que ella se hubiera ido con su mejor amiga, sino quedarme solo.

De las veinticuatro, yo pasaba veinte horas con ella a mi lado todos los días. Solo cuatro horas nos separaban, que eran las referidas al estudio.

Estar con ella era mi rutina, y ahora mi vida. Por lo tanto, cada vez que se iba yo me quedaba solo y sin saber qué hacer.

"Eso suena patético, Vélez'', me gritaba mi antiguo Christopher.

Tomé el celular y marqué a quienes sabía que no me fallarían. 

Zabdi y mi primo Joel.