Capítulo 84

5.8K 367 24
                                    

{Narras }

—Wow – dijo Christopher cuando bajé las escaleras.

Hacía apenas unas horas había comprado ese atuendo y ya estaba estrenándolo.

Un vestido blanco, corto y ajustado acentuaba bastante mi figura. Y lo cubría una fina tela de encaje y un gran escote en la espalda. Como siempre, sencillo pero delicado. Un par de pulseras doradas estratégicamente colocadas en mi muñeca izquierda y el colgante que Erick me había regalado para mi cumpleaños adornando mi cuello.

Apenas un poco de maquillaje suavizando las líneas de mi rostro, y el cabello en desordenadas ondas.

—¿Qué tal si nos quedamos aquí? – preguntó Christopher atrayéndome hacia él.

Reí.

—No me he arreglado tanto para quedarme aquí – me quejé antes de que él me besara – Por cierto, tú también estás increíblemente apuesto.

No más de lo normal, de hecho, Christopher estaba de infarto. Llevaba un esmoquin negro que le quedaba a la perfección haciendo resaltar la palidez de su piel. El cabello igual que siempre, desordenado. Su delicioso perfume cautivó a mis sentidos y me dejó abrumada.

—Vamos ya – dije algo agitada.

—Vamos.

(...)

—¡Sorpresa! – gritaron todos cuando entramos.

Christopher me miró sorprendido y luego sonrió.

Todo el mundo comenzó a saludarlo y desearle feliz cumpleaños debido a que ya eran las doce pasadas.

—Ha salido a la perfección – me dijo Sofi entre la gente.

—Gracias al cielo – me reí y ella me tomó de la mano guiándome hacia el baño – ¿Qué sucede?

—Andrea está aquí.

Se me hizo un nudo en el estómago.

—¿Quién diablos la ha invitado? – gruñí buscándola con la mirada.

—Supongo que Joel. El lugar es exclusivo, si no estás en la lista no entras – me dijo mi mejor amiga.

Suspiré.

—No dejaré que arruine la noche.

—Duro con ella, pollita – me alentó Sofía y me reí.

Una vez que todos los saludos terminaron, todos nos dirigimos de la gran recepción al jardín descubierto donde se ubicaban unas cincuenta mesas, elegantemente adornadas, junto a un escenario.

—Gracias por todo, ______ – dijo Christopher abrazándome.

—La noche recién empieza – atajé divertida – Además de que yo no fui la única que organizo todo esto. Te sorprenderlas si te digo lo poco que he contribuido, y por cierto... Feliz cumpleaños – él me miró fijamente y luego me entregó una de sus hermosas sonrisas.

—Gracias – me besó en la comisura de los labios. Un beso rápido, pero ardiente.

La velada transcurrió lentamente.

A Christopher y a mí nada nos separaba. Como si estuviéramos encerrados dentro de una esfera, nadie podía alejarnos al uno del otro, y la magia se hacía presente.

En la mesa principal, nos encontrábamos Christopher, Johann, Sofía y yo.

Lamentablemente yo no había sido quien había organizado las mesas, por lo que no pude poner a Yenny más cerca de nosotros.

Enamorada de un Mujeriego | Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora