{Narras Tú}
—Wow – dijo Christopher cuando bajé las escaleras.
Hacía apenas unas horas había comprado ese atuendo y ya estaba estrenándolo.
Un vestido blanco, corto y ajustado acentuaba bastante mi figura. Y lo cubría una fina tela de encaje y un gran escote en la espalda. Como siempre, sencillo pero delicado. Un par de pulseras doradas estratégicamente colocadas en mi muñeca izquierda y el colgante que Erick me había regalado para mi cumpleaños adornando mi cuello.
Apenas un poco de maquillaje suavizando las líneas de mi rostro, y el cabello en desordenadas ondas.
—¿Qué tal si nos quedamos aquí? – preguntó Christopher atrayéndome hacia él.
Reí.
—No me he arreglado tanto para quedarme aquí – me quejé antes de que él me besara – Por cierto, tú también estás increíblemente apuesto.
No más de lo normal, de hecho, Christopher estaba de infarto. Llevaba un esmoquin negro que le quedaba a la perfección haciendo resaltar la palidez de su piel. El cabello igual que siempre, desordenado. Su delicioso perfume cautivó a mis sentidos y me dejó abrumada.
—Vamos ya – dije algo agitada.
—Vamos.
(...)
—¡Sorpresa! – gritaron todos cuando entramos.
Christopher me miró sorprendido y luego sonrió.
Todo el mundo comenzó a saludarlo y desearle feliz cumpleaños debido a que ya eran las doce pasadas.
—Ha salido a la perfección – me dijo Sofi entre la gente.
—Gracias al cielo – me reí y ella me tomó de la mano guiándome hacia el baño – ¿Qué sucede?
—Andrea está aquí.
Se me hizo un nudo en el estómago.
—¿Quién diablos la ha invitado? – gruñí buscándola con la mirada.
—Supongo que Joel. El lugar es exclusivo, si no estás en la lista no entras – me dijo mi mejor amiga.
Suspiré.
—No dejaré que arruine la noche.
—Duro con ella, pollita – me alentó Sofía y me reí.
Una vez que todos los saludos terminaron, todos nos dirigimos de la gran recepción al jardín descubierto donde se ubicaban unas cincuenta mesas, elegantemente adornadas, junto a un escenario.
—Gracias por todo, ______ – dijo Christopher abrazándome.
—La noche recién empieza – atajé divertida – Además de que yo no fui la única que organizo todo esto. Te sorprenderlas si te digo lo poco que he contribuido, y por cierto... Feliz cumpleaños – él me miró fijamente y luego me entregó una de sus hermosas sonrisas.
—Gracias – me besó en la comisura de los labios. Un beso rápido, pero ardiente.
La velada transcurrió lentamente.
A Christopher y a mí nada nos separaba. Como si estuviéramos encerrados dentro de una esfera, nadie podía alejarnos al uno del otro, y la magia se hacía presente.
En la mesa principal, nos encontrábamos Christopher, Johann, Sofía y yo.
Lamentablemente yo no había sido quien había organizado las mesas, por lo que no pude poner a Yenny más cerca de nosotros.
ESTÁS LEYENDO
Enamorada de un Mujeriego | Christopher Vélez
Fanfiction...y entonces descubrió que sin amor, todos los besos saben a lo mismo...