Capítulo 44

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{Narras }

Me sorprendí a mi misma con cada palabra que salía de mi boca.

Él no respondió y suspiré.

—Es solo una racha de tus calentones diarios – afirmé decidida – No quiero ser parte de ello.

—Quiero estar contigo _____ – me miró casi suplicante.

—Y con la otra mitad de las chicas de la universidad.

—Eso no es cierto, solo quiero estar contigo, por favor.

Casi me eché a reír al oírlo contradecirme.

—¿Sólo conmigo? – cuestioné – Sé sincero Christopher, ¿Te has acostado con alguien esta mañana?

Era una simple prueba, e interiormente solo esperaba que me dijera que no con una mirada sincera.

Pero lo que ví en sus ojos no me sorprendió, solo me devastó más de lo que estaba.

—Lo supuse – murmuré y me bajé de su auto.

No me lanzaría a llorar como cada vez que tenía una pelea con él. Me hería completamente por dentro y sentía que me desmoronaría. Pero mi corazón ya estaba demasiado dañado como para sentir otra opresión.

Entré al edificio y me dirigí hacia el aula de inglés. Desafortunadamente, Christopher compartía esa clase conmigo, así que mi sufrimiento silencioso no cesaría en ningún momento.

Entré al salón rápidamente.

El profesor ya había llegado, pero aún organizaba unos papeles en su escritorio, y la clase no había empezado.

Yoandri, un chico de veintitrés años, conocido como "el romántico y buena onda" que hay en cada conjunto de alumnos, me llamó con la mano.

Ma acerqué a él.

—Hola Yoyo – lo saludé.

—Hola _____, ¿Te gustaría sentarte conmigo esta clase? – preguntó con una sonrisa.

—Claro, me encantaría – le devolví la sonrisa y me senté a su lado.

Agradecía mentalmente a aquella fuerza superior a la que había puesto a Yoyo en mi camino ese día y justo en ese momento.

No quería pensar en lo sucedido con Christopher, y Yoyo era un chico realmente agradable.

Cabello negro, ojos oscuros, piel pálida y un físico mediano, pero aún así, atractivo.

Era uno de los típicos chicos de familia, realmente me caía bien.

Se abrió nuevamente la puerta del salón, y no tuve que mirar para saber quien era.

Bastó con los suspiros de la mitad del aula para darme cuenta que era Christopher.

Se sentó dos bancos detrás de mí.

—¿Has escuchado esta canción? – Yoyo me acercó un auricular de su iPhone y concentré mi atención a eso.

La melodía era hermosa. Empezaba con un solo de piano, al que luego acompañaba una dulce voz masculina, con una letra que me hacía querer llorar.

—¿Cómo se llama? – pregunté curiosa intentando que no se noté el llanto a flor de piel.

—Turning Page – comentó Yoandri – Y la banda es "Sleeping At Last".

—Es genial, ¿Todas sus letras son así de tranquilas?

—Sí, todas, es la banda que le gusta a mi novia – carcajeó y le sonreí – Puedo prestarte el CD, si quieres.

—Por supuesto, me encantaría escucharlo.

El profesor llamó la atención a la clase.

Enamorada de un Mujeriego | Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora