Capítulo 74

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{Narras }

—¿Cómo que monstruito? – pregunté riéndome.

—Es tu nuevo apodo – aclaró Erick dándome un abrazo – Hace días que no hablamos, ¿Qué tal si cenamos juntos esta noche? Te he extrañado, mala amiga.

Hizo un tierno puchero y le sonreí.

—Nadie puede vivir sin mí.

—Baja los humos – me advirtió con una sonrisa.

—¡Oh Erick! Arrodíllate ante mí y ruégame que pase más tiempo contigo – dramaticé y caminé con él hasta su auto.

—Ya, ya, tampoco te necesito tanto – fruncí el ceño y el rió – Vamos dime, ¿Cenamos o no?

—Me parece genial.

Christopher llegó a mi lado en menos de un minuto. Como pasaba cada vez que había corta distancia entre Erick y yo.

—¿Qué tal, hermano? – dijo mi novio haciendo un raro saludo con las manos, que probablemente solo los hombres podrían entender.

—Genial, ¿Cómo te va? – le dijo Erick.

—Igual, me alegra verte. ¿Quieres venir a cenar esta noche?

Miré a Christopher. Lo había hecho a propósito.

—Ya hemos arreglado...

—Por supuesto – me interrumpió Erick.

Lo fulminé con la mirada aunque no pareció darse cuenta.

—Cariño, Andrea vendrá a cenar esta noche también.

Oh genial, esto era el colmo.

Contrólate, _____, contrólate.

—No, no vendrá – dije con aspereza y total frialdad.

—¿Que dices?

—No quiero que venga Andrea – dije tajante.

—Pues ya la he invitado – me retrucó él, confundido.

—Qué lastima, tendrás que decirle que se ha suspendido.

A Christopher casi se le cae la mandíbula, y Erick intentaba contener la risa.

—¿Estos son celos o algo por el estilo? – preguntó Christopher divertido.

—No – respondí mirándolo fijamente. Ni de atisbo iba a titubear – No la quiero en mi casa.

—¿Tu casa? – dijo Christopher atónito – Te recuerdo que tu vives conmigo.

—Tú me invitaste a vivir contigo, si quieres que me vaya solo dilo.

Bien, esto se me estaba yendo de las manos. ¿En qué momento me había puesto tan a la defensiva? Arreglar los problemas no era mi fuerte.

—¿Estás con el periodo o algo así? – Christopher intentó acariciarme pero me aparté bruscamente – ¿A dónde vas?

—Iré a cenar con Erick, tienes la casa para ti y Andrea. Disfrútala.

—Hey, hey, hey – me detuvo Christopher parándose en frente de mí – ¿Puedes decirme qué diablos te sucede?

Enamorada de un Mujeriego | Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora