Capítulo 87

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{Narras }

—Vamos _____ – me llamó Joel – Te la pierdes, Vélez. Te la pierdes.

Christopher rió y me condujo hacia la pista de baile nuevamente.

Su mano se acomodó en mi espalda, y la mía en su hombro.

—¿Cómo te la estás pasando? – pregunté luego de unos minutos para romper el hielo.

—De maravilla, ¿Y tú? – dijo algo distraído. Parecía estar buscando a alguien.

—Genial. ¿Esperas a alguien?

No quise entrometerme, pero no quería hacerlo quedar mal en caso de que esperara a alguna chica.

—No, para nada – me contestó aún desviando la vista de mí.

Seguimos bailando pero yo estaba algo extrañada.

Joel solo miraba escépticamente a nuestro alrededor, y en ocasiones confundía los pasos provocando fuertes pisotones de parte de ambos.

De repente, sonrió prestándome más atención de la que me había prestado desde que habíamos empezado a bailar.

—¿Vamos a beber algo? – preguntó tomándome de la mano – Necesito algo para energizarme – dijo animado y fingí una sonrisa.

"Como si te hubieras esforzado mucho", pensé.

—Vamos.

Caminamos hacia una mesa donde se encontraba el delicado delivery.

Una increíble variedad de bebidas alcohólicas estaban esparcidas en diferentes copas de cristal a lo largo de toda la mesa.

—¿Hay whiskey? – preguntó Joel tanteando los olores.

—Sí, pero está en la recepción, déjame que voy a buscarlo.

—Te acompaño – se ofreció con una sonrisa.

Cruzamos el camino de árboles con lucecitas hasta la entrada trasera de la recepción.

Al entrar, nos dirigimos inmediatamente hacia el salón principal donde encontré a una de las mesetas llena de bandejas.

—Señorita, ¿Sabe donde puedo encontrar las bebidas alcohólicas? – le pregunté.

—A lo largo del pasillo, la última sala. Allí están los refrigerios, incluyendo las bebidas – sonrió.

Joel me miró y luego a la mesera.

—Oh, déjame que te ayude – le dijo a la joven cargada de bandejas que sonrió agradecida. Tomó dos bandejas con aperitivos y luego me miró – Vuelvo en un segundo – me entregó una sonrisa fugaz y siguió por el mismo camino por el que habíamos venido.

Seguí las instrucciones de la mesera y me dirigí hacia el final del pasillo, donde, con mucho esfuerzo, logré abrir la puerta. Saqué un par de botellas de whiskey y salí de allí.

Cuando estaba por volver a salir rumbo al jardín, se me ocurrió traer hielos y caminé de nuevo y con cuidado hacia el salón principal.

La imagen que ví, me dejó impactada, y con el corazón totalmente hecho trizas.

Una lágrima se deslizó por mi rostro con lentitud mientras yo no podía quitar los ojos de la escena.

—_____, ya regresé – dijo Joel parando en seco a mis espaldas.

Al percatarse de nuestra presencia, Christopher y Andrea interrumpieron su fogoso beso.

Suspiré afligida intentando contener el llanto que presentía estaba a punto de atacarme.

—_____, sé que se vé mal, pero no es lo que parece – dijo Christopher acercándose a mí con expresión desconcertada.

A sus espaldas, Andrea parecía sonreír.

Ahogué un sollozo y entrecerré los ojos.

—¿Se ve mal? – pregunté atónita – Yo no lo veo mal, solo estabas besándola – dije con sarcasmo.

—Te juro cielo, ¡Yo no la he besado! – se le quebró la voz cuando me tomaba de los hombros.

Tragué saliva pesadamente y una lágrima escurridiza se deslizó por mi mejilla.

—¿Cuántas veces planeas que me crea esa mentira? – dije en un susurro.

¿Cómo en un par de segundos todo se puede ir a la mierda? ¿Cómo es que solo basta con un hecho para que se arruine lo que creías duraría para siempre? No sentí la rabia que sentía la primera vez que me había alejado de Christopher, sino, vacío.

''¿Entonces él no cambió?", se preguntaba patéticamente mi mente como para recordarme con sutileza el error que yo había cometido. No, claro que él no había cambiado.

Esto no era como en las películas, el protagonista jamás cambiaría y aprendería de sus errores.

Lo último que recuerdo de aquella noche es haber estado hasta la mañana siguiente en brazos de Sofía llorando desconsoladamente, luego de haberme marchado de la fiesta. Sin despedidas ni reproches. Siempre fría como el hielo. Como solía ser antes de que Christopher entrara en mi vida.

¿Cómo poder volver a amar después de esto? Esperen un momento, ¿Amar? El amor es pura basura comercial que te enloquece y hace que quedes en estado vegetal.

El amor no existe, solo es cariño que puede esfumarse y perderse tan rápido como una aguja en un pajar.

Enamorada de un Mujeriego | Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora