{Narras Tú}
—¿Por qué siento que soy la única en desventaja en esta relación? – suspiré mientras él besaba mi cuello.
—¿Qué? – preguntó volviendo su mirada hacia mi.
¡Oh diablos! La cagué.
—Nada, nada.
—Dime, _____.
Suspiré.
En algún momento, tarde o temprano tendría que llegar esta conversación.
—Me he decidido.
—¿A qué? – preguntó con curiosidad.
—Ya no me importa si es una relación casual o simplemente somos amigos con derechos – sentí el rubor de mis mejillas – Solo quiero disfrutarte.
Él sonrió y lo ví a punto de decir algo.
Estaba indeciso y nervioso.
Me pregunté que sería.
Diablos, debía dejar de pensar al menos un momento.
—No debes decir nada – objeté – Sé que tienes otra chicas y pedirte exclusividad para ti no es una opción.
—No digas eso – susurró – _____, yo no estoy preparado para nada en serio – comenzó y tuve ganas de gritarle en la cara cuando mierda lo estaría, pero me contuve – Pero no estaré con nadie más si estoy contigo.
Sentí como el corazón se me aceleraba.
Tuve ganas de salir a correr de felicidad por todo el campo. ¡Diablos! ¿Acaso estaba alucinando? Christopher, Christopher Vélez el tipo más mujeriego de la universidad estaba dándome exclusividad. Demonios.
—Pues eso me basta – dije con tal tranquilidad, que me sorprendí a mí misma.
Él suspiró y besó mi mejilla.
—Eres tan perfecta.
Sonreí.
—¿Quieres vivir conmigo? – preguntó y me quedé helada.
—Dijiste que nada en serio – dije frunciedo el ceño realmente sorprendida.
—¡Lo sé! – musitó pensativo – Pero quiero estar contigo, me encanta tenerte cerca.
—Yo no lo sé... Sofía... – comencé nerviosa – Christopher, yo... No soy buena en las mañanas, no me gusta que me hablen antes de despertarme. Suelo andar en ropa interior, y desordenar todo a mi paso, si me enojo, no te lo diré, esperaré a que te des cuenta, y una vez que lo hagas te reprocharé todo. No cocinaré, porque lo detesto. Te robaré el control remoto de la televisión. No creo que sea adecuada la convivencia.
Él me miró con una sonrisa en el rostro.
{Narra Christopher}
Quise decirle que me moría por verla hacer todo eso. Por despertarme cada mañana junto a ella. Porque se enojara y me gritara, y aún así siguiera siendo la cosa más tierna del mundo. Que me cuide, y yo de ella. Cocinarle, hacerla reír, hablar, comer, jugar, todo con ella.
Hacerla mía cada noche hasta quedar exhaustos. Decirle que la amo, y que no puedo vivir sin ella. Que amo cada una de sus virtudes y defectos.
{Narras Tú}
—Quiero vivir contigo, _____ – repitió – No me importa qué.
Me besó de manera arrogante, como para dejarme sin opción.
—Es que... – suspiré entre besos – ¿No... Es... Algo... Apresurado? – balbuceé mientras él devoraba mis labios.
—Vamos cariño – su aliento rozó mi mejilla y me sentí débil – Arriésgate, arriésgate a estar conmigo.
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Enamorada de un Mujeriego | Christopher Vélez
Fiksi Penggemar...y entonces descubrió que sin amor, todos los besos saben a lo mismo...