Capítulo 11

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Eran las 9:00 pm y estábamos _____ y yo en mi casa jugando al twister.

—Estás haciendo trampa Christopher, pon tu pie en el color verde – dijo enojada.

—No estoy haciendo trampa – Sonreí.

Estábamos en una extraña posición, y antes de que piensen mal, vuelvo a decir que estábamos jugando al twister. Tenía una mano apoyada sobre el círculo verde, y los dos pies en un círculo azul y otro rojo. _____ estaba casi ensimismada. Era una posición realmente incómoda.

—Que sí estás haciendo tram... – su frase fue interrumpida por el timbre, lo cual hizo que me desconcentrara y cayera acostado sobre el piso, al tiempo que _____, quien estaba levemente apoyada a mi costado, cayera sobre mí. Se sonrojó al instante.

—Lo siento – rió.

Oh Dios, la tenía sobre mí. ¿Porqué no podíamos quedarnos así? Tenía sus labios a centímetros y poco a poco iba acercándome. Ya sentía su dulce respiración sobre mí, además de, claro, sus pechos.

—Ahora vemos porqué nunca sales de tu departamento – dijo una voz que hizo sobresaltarme.

_____ se paró al instante y me ayudó a levantarme.

—¡Joel! – lo regañé.

—¿No nos vas a presentar a este bombón? – preguntó Zabdiel.

Zabdi era como un hermano para mi. Prácticamente habíamos crecido juntos. Literalmente, nos conocimos en nuestro primer año en preescolar. Él era un tipo realmente genial, divertido y despreocupado. Y Joel... Era mi primo, y nuestro mejor amigo. Zabdiel lo había conocido en secundaria, y podría jurar que no había visto a alguien que pudiera amar taaaaaanto las papas.

—Ella es ______, y _____ ellos son Joel y Zabdiel – dije mientras los señalaba.

—Un gusto – se acercó a ellos.

Increíblemente Joel, y con toda la confianza, le estampó un beso en la mejilla.

{Narras }

—¿Qué fue eso? – preguntó Christopher cuando Joel besó mi mejilla.

—¿Celoso? – replicó Joel con una sonrisa pícara.

Ambos me miraron y yo me reí.

—Está buena – dijo el moreno señalando con las cejas en mi dirección.

—Ya callate – respondió Christopher mientras hacían un extraño apretón de manos y comenzaban a hablar.

—Yo soy Zabdiel – dijo el castaño con una linda sonrisa.

—Un gusto – repetí mientras le daba la mano.

—¿Así que eres la nueva novia de Christopher? – preguntó casual.

No me gustó como sonó la palabra "Nueva".

—No – respondí confusa – Yo soy... Ahm... Una amiga.

Vergüenza, vergüenza, vergüenza.

—¿En serio? – preguntó asombrado.

—Sí.

—Eres linda – me sonrió y no evité devolverle la sonrisa.

—Ya deja de flirtear con su chica – dijo Joel.

—Bueno, ya sabes que tan idiotas son mis amigos – todos reímos.

Era algo extraño estar con tres hombres en una casa yo sola. Pero no resultaba incómodo, de hecho, ambos eran geniales, era fácil entablar una conversación. Siempre creí que me llevaba mejor con los hombres ya que yo no era como el resto de las chicas, y la mayoría no me caían bien, no tenía muchas amigas en mi antigua escuela. Quizás una o dos. Pero amigos hombres si tenía unos cuantos. Muchos me etiquetaban como "Zorra Discreta", nunca faltaba el típico rumor de "se acuesta con todos" y etc.

Tocaron el timbre nuevamente y me sorprendí. Ya había pasado siete días con Christopher y en ningún momento habían llegado visitas. Él se encaminó a la puerta y se escuchó un pequeño grito de mujer.

¡Diablos!

Enamorada de un Mujeriego | Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora