{Narras Tú}
Sofía había intentando ocultar su emoción cuando le dije que iría a una fiesta, pero sabía que interiormente estaba alegre de que salga un poco.
Presentía que también esa alegría se debía a que tendría la casa para Johann y ella solos. Ya que yo no le había concedido mucha privacidad en esos días.
Salí de ducharme y decidí tomarme un poco de tiempo para mí. Al menos eso me distraería un poco y alejaría mis pensamientos de "él".
Me hice una limpieza de cutis para disminuir un poco las marcadas y antiestéticas ojeras que parecían haberse pintado en mi rostro.
Tomé crema corporal de fresas y la esparcí sobre mi piel desnuda.
Ni retoqué mis uñas, no más que una limada rápida y un suave brillo.
Con respecto al vestuario me decidí por unos shorts de jean de tiro alto y una camisa de seda color blanco, sin mangas y con los bordes en negro.
Unos zapatos de tacón complementaron mi outfit.
Máscara de pestañas, una fina capa de delineador y labios rojos.
"Perfecta".
Aún quedaban veinte minutos para que Erick llegara, por lo que decidí darle un poco más de volúmen a mi pelo marcando mis rizos.
Me veía bonita. Pero sabía que si seguía mirándome al espejo solo surgiría la misma duda que había tenido desde aquella noche, ¿Hay algo malo en mí?
Evité las lágrimas, quizás porque ya las había llorado todas, o tal vez porque simplemente estaba fingiendo ser la misma fría y ácida _____ que había sido hace un año.
—_____, Erick está aquí – me avisó Sofi entrando al cuarto – Estás preciosa – me dijo acariciando mi mejilla.
—Oh sí, deja de mirarme o te enamorarás – le dije sarcástica y ella estalló en carcajadas.
—Ni digas nada acerca de como me veo, ¿Sí? – le pedí a Erick antes de que abriera la boca.
—Captado – dijo él y suspiré de alivio mientras me ponía el cinturón.
El camino se hizo demasiado corto y épicamente silencioso.
La casa de Jennifer quedaba fuera de la universidad, y la celebración se debía... Bien, no sé realmente a qué se debía. Pero ¿Quién hace fiestas con algún motivo lógico en estos días?
Entré a la casa del brazo de Erick quien iba saludando a sus amigos a su paso. Reprimí poner los ojos en blanco cada vez que algún chico silbaba o me alagaba.
—Hola cariño – le dijo Erick a Jennifer, quien besó a Erick y luego me miró sorprendida.
—¿_____? – dijo ella – ¿Cómo estás? Hace tanto tiempo que no nos vemos.
—No ha sido tanto – le respondí ácida y miré alrededor. Erick se aclaró la garganta – ¿Cómo has estado tú? – le pregunté intentando sonar un poco más cortés.
—De maravilla – dijo ella animada y empezó a contarme sus vacaciones en España, las cuales juro, nótese el sarcasmo, intenté escuchar atentamente.
La casa de Jeni no era de estructura grande, sin embargo el salón era espacioso y moderno. Todos estaban alcoholizados debido a que habían montado una barra con bebidas.
El lugar parecía un auténtico antro.
Me senté cerca en una de las altas sillas al lado de la barra.
—¿Qué quieres tomar, linda? – me dijo un sujeto de camisa negra, quien seguramente sería el barman.
—Agua.
El moreno me miró sonriente.
—¿Es en serio? – preguntó sorprendido.
—Sí, agua – le dije con la vista perdida.
Luego de unos segundos me acercó un vaso con agua y unos cuantos hielos.
—Vaya, vaya – escuché a mis espaldas.
Esa voz la conocía a la perfección. Sentí como si me hubieran pegado una patada en el estómago.
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Enamorada de un Mujeriego | Christopher Vélez
Fanfiction...y entonces descubrió que sin amor, todos los besos saben a lo mismo...