Capítulo 118

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{Narras Emily}

—Hey cariño – me dijo _____ alarmada – ¿Qué sucede?

No respondí, no podía contener las lágrimas por lo que solo me limité a llorar. Me abrazó conteniéndome y luego de unos cuantos minutos, yo solo era puros sollozos.

—¿Quieres explicarme? Si no quieres está bien, pero solo pregunto – murmuró ella preocupada.

—Está bien, te lo diré – suspiré como si fuera a quitarme, literalmente, todo el peso de encima – Prométeme que no le dirás esto a mi familia, mucho menos a Christopher – le pedí intentando no llorar de nuevo.

—Lo prometo – dijo ella firme y con el ceño fruncido.

—¿Podemos ir a otro lugar? – musité – En este pueblo todo el mundo se entera de todo.

—¿A tu auto?

—Genial – accedí.

Pagamos la cuenta y nos adentramos a mi auto. Busqué las palabras exactas para decírselo. ¿Pero cómo hacerlo si no hemos hablado más de tres veces? ¿Cómo confiárselo si yo realmente no la conocía?

Simplemente ella era la única persona que me había parecido agradable, y en definitiva, la única con la que podía descargarme. No estaba totalmente segura de que si yo se lo dijera ella no iría a contárselo a mi madre y a mi hermano, pero simplemente no podía retenerlo más.

—Hace dos años conocí a un tipo – comencé tragando el nudo en la garganta – Fue en un bar, una vez que salí con un par de amigas – aclaré y ella me escuchó atenta desde el asiento del copiloto – Hablamos y congeniamos bastante bien, por lo que decidimos vernos de nuevo. Su nombre era Travis. Era todo un galán. El típico chico malo que tiene a todas las mujeres pero no está con ninguna. Ni siquiera en su cama. Solo se hace desear. Cuando lo conocí aquella noche en el bar, me comentó que yo le había parecido "auténtica", lo cual me elevó bastante el autoestima, ya que él era realmente guapo y no se fijaba en cualquiera – dije sonrojada – Salimos un par de meses, pero no era nada serio. Un día, me confesó que él era drogadicto, y que había estado unas cuantas veces en prisión por robo a mano armada. Me asusté, pero no lo dejé. Cuando mi madre se enteró, casi que me obligó a dejarlo, pero yo estaba demasiado enamorada. Creo que en esa instancia no me hubiera importado si él era traficante de órganos o un asesino serial. Ya se había ganado mi corazón. Una tarde mientras yo tomaba el té con mi madre, él llegó a casa drogado. Mi madre me dijo que llamaría a la policía, y yo me negué. Solo le dije que se vaya, que yo me las arreglaría con Travis. Ella se enojó, temía a que me lastimara, y yo no lo quería entender. Perdimos el contacto, lo último que me dijo fue: "Si quieres arruinar tu vida estando con un hombre dependiente de las drogas, hazlo. Pero no te permitiré que arruines la familia". Desde ese momento, la odié. No comprendía como podía decir aquello de mi novio. Una tarde, un año después de conocer a Travis, me enteré que estaba embarazada – _____ me miró sorprendida pero no dijo nada – Realmente feliz, lo esperé a que venga del trabajo para darle la noticia. Preparé la cena, quería que fuera algo especial. Cuando él llegó, estaba borracho y venía con sus amigos. Intenté no enfadarme, y les pedí con cortesía que se fueran. Ellos bufaron y luego de renegarme unas cuantas veces, me hicieron caso. Travis se enojó y no me habló durante toda la noche. A la mañana siguiente, me decidí a darle la noticia. Supuse que estaría más calmado. Le preparé el desayuno y se lo llevé a la cama. Él se comportaba frío, por lo que tomé valor y le confesé que estábamos esperando un hijo. Su reacción no fue la que yo esperaba. Me abofeteó y me gritó que era una zorra, que se suponía que yo estaba cuidándome. Y lo estaba haciendo. Le reproché que yo no era la culpable, y que porqué él no usaba condón – sollocé – Él me dijo que no quería al bastardo que yo llevaba en el vientre. Y desde ese momento no he vuelto a verlo.

Enamorada de un Mujeriego | Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora