Capítulo 103

5.5K 328 7
                                    

{Narras }

Caminé a lo largo de las anchas calles de Loja. Hasta ese momento no me había dado cuenta de cuanto había extrañado la vibra hogareña y familiar de aquel pequeño pero amigable pueblo. Me sentía cálida y acogida, y no era realmente por la temperatura. Aquel lugar era sencillamente parte de mí.

Unas cuantas horas me bastaron para recorrer toda la ciudad, increíblemente sin perderme, y entregar currículos en algunos institutos. Solo me quedaba por volver a visitar aquella universidad en la que había transcurrido la mayoría de mis alegres y tristes recuerdos.

Suspiré llegando a la gigantesca y elegante entrada del edificio donde se encontraban las oficinas de directivos, y todo tipo de gente que trabajaba allí.

—¿_____? – preguntó una voz familiar a mis espaldas.

—Hola Erick – le sonreí acortando los pocos metros de distancia que nos separaban.

—Hola cariño, ¿Qué haces por aquí? – dijo besando mi mejilla.

—Volveré a inscribirme en la universidad porque quiero estudiar dos veces la misma carrera – le dije bromeando sarcásticamente.

Él rodó los ojos y luego rió.

—Supongo que vienes a entregar tu currículo.

—Y no solo eso, me han dicho que es muy difícil entrar a trabajar aquí. Te piden todo de documentos, que certifiquen que eres de aquí, y que has estudiado correctamente y todo ese lío – dije mostrándole el grueso folio que llevaba en la mano.

—¿Quién diría que la universidad de Loja sería tan prestigiosa? – dijo para sí mismo.

—Eso mismo – coincidí – ¿Qué dices si luego vamos por un café?

Él me miró divertido.

—Me has estado llamando toda la semana para salir, ¿Me extrañas verdad? ¿Estás enamorada de mí pero tienes miedo a decírmelo y que yo te rechace? – bromeó y comencé a reírme.

—Siempre dices que estoy enamorada de ti – me quejé – Apuesto a que fantaseas conmigo – esta vez fue él quien estalló en carcajadas.

—Sí fantaseo contigo – admitió y arqueé una ceja – Con que te quedes muda para siempre.

—¡Oye! – golpeé su hombro y se rió – Yo no hablo tanto – me miró serio – ¿Es en serio?

—Bueno... – comenzó él con un atisbo de carcajada en su garganta.

—Vaya, vaya, vaya. Miren a quien tenemos aquí – escuché a mis espaldas.

—¿Nunca se te ocurrió otra manera de empezar una conversación? – lo cuestioné dándome la vuelta.

—Realmente no – carcajeó y Erick arqueó una ceja – Bien, ¿Qué haces por aquí luego de tanto tiempo? – preguntó Richard acercándose.

—Vengo por algún que otro puesto.

—Eso es genial, ¿Ya has concluidos los estudios? – dijo asombrado con una sonrisa.

—Sí – respondí tajante.

—¿Pero filosofía no es una carrera de cinco años?

—Sí, la hice solo en tres. Uno aquí, y dos en California – antes de darle tiempo a decir nada, agregué – Digamos que los pasados dos años no he hecho otra cosa que estudiar materia tras materia.

—Eso es genial – dijo impresionado – Me alegra por ti.

Erick, quien se mantenía callado hasta el momento, me dijo.

—¿Quedamos con Sofía también? – dijo mirándome y luego lanzando una breve mirada a Richard, quien se mantuvo sereno – Para lo del café – aclaró.

—Sí, avísale – contesté – Entonces, supongo que nos vemos más tarde. Voy a entregar el currículo.

{Narrador Omnisciente}

La rubia se fue dejando a ambos muchachos solos en la entrada del edificio.

Erick no apartaba la mirada del moreno, quien empezaba a incomodarse.

—¿Lo sabes? – dijo Richard y su pregunta sonó casi a una afirmación.

—Sí – respondió natural el trigueño.

—¿Te lo ha dicho ella?

—No es muy difícil darse cuenta – admitió Erick.

Richard suspiró algo enojado. Sofía era demasiado obvia.

Habían estado saliendo hacía unos cuantos meses, y él había pedido, específicamente, que su relación se mantuviera en secreto. Sabía que ella moría por él, y que haría cualquier cosa. Pero sus actitudes no podía cambiarlas, como por ejemplo, cerrar la boca.

Aún recordaba aquella vez en la que ella, indefensa, vulnerable y totalmente alegre se había acercado a él, y le había propuesto indirectamente salir alguna noche.

"Eres demasiado buena para mí", le había dado una fría negativa, casi advirtiéndola.

Ella suspiró resignada, y Richard notó como intentaba contener el llanto. Luego de dos semanas, en la universidad comenzaba a rumorearse acerca de una curiosa chica nueva. Cabello platinado, estilo punk y actitud desafiante.

Ella había cambiado por él. Y en parte, él se encontraba agradecido. Nunca le habían gustado el tipo risueñas, pero Sofía era bastante buena, en ciertos aspectos. Y ahora con su nuevo cambio de imagen y personalidad se adaptaba bastante bien a él, conocido en el pueblo como "el chico malo".

Todo se basaba en apariencias. Y ellos dos combinaban a la perfección. Aunque él no quería que se supiera que ellos eran novios. Y mucho menos que llegara a oídos de _____.

Tragó saliva intentando ocultar sus nervios. Sabía que si Erick sabía acerca de su relación con Sofía, no faltaría mucho para que _____ lo supiera también.

—No digas nada – le dijo al trigueño casi desafiante.

—No diré nada – dijo automáticamente Erick – Pero si la lastimas, te asesinaré.

Pan comido.

Sofía solo era una "ayuda" para llegar a lo que realmente quería.

Enamorada de un Mujeriego | Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora