Capítulo 95

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{Narras }

—Está delicioso – dijo Sofía mientras se llevaba otro trozo de lasaña a la boca – Y cuéntanos _____, ¿Cómo te ha ido aquí en California?

Reí al verla hablar con la boca llena de comida.

—Pues bien, de hecho, no he recorrido mucho la ciudad. Básicamente he pasado los últimos dos años estudiando.

Erick puso los ojos en blanco.

—Ahora que estamos aquí, querida licenciadita, no te salvas de una buena salida a algún antro. No desperdiciaré absolutamente ningún día aquí – me dijo el trigueño y reí.

—¿Y tú Joel? ¿Qué cuentas? – preguntó Sofi.

Me tensé.

—He venido aquí a trabajar en la empresa de un tío – dijo él de manera cortante.

—¿De que es? – preguntó Erick masticando.

—Es una editorial, tiene una gran paga y casi no tengo que hacer nada – bromeó y Erick lo miró con una sonrisa de gloria.

—Dime ya mismo donde está, mi madre está presionándome con hacer algo de mi vida – se quejó Erick – Parece que con que me mate estudiando no le basta.

Reí y él me fulminó con la mirada.

—Sí estudio. Sólo que como tú no estás en Loja, no te enteras de nada.

Fruncí el ceño y suspiré.

—Volveré, lo prometo.

—Vamos, Loja te extraña, _____ – dijo Sofía.

—Todos te extrañamos – agregó Erick y sonreí nostálgica.

La cena iba bien hasta que llegó el tema que precisamente no quería tocar esa noche.

—¿Y qué hay entre ustedes dos? – preguntó mi amiga.

—Pues... – comenzó Joel.

—Somos novios – dije directa, desviando la mirada para no ver las expresiones de mis amigos.

Un silencio incómodo avanzó entre nosotros.

—¿En serio? – preguntó Erick luego de unos segundos.

—Sí, hace unos cuantos meses – aclaró mi novio.

Sofía me miró fijamente.

Estaba dolida, lo sabía. Ella era mi mejor amiga y yo lo único que hacía era privarla de mi vida, y privarme de la suya. Abandonándola en Loja, rechazando sus llamadas, ¿Qué clase de amiga era yo? Dios, me arrepentía de muchas cosas, quizás todas las que estuvieran involucradas con lastimarla. Ella era mi alma gemela, me entendía como nadie, y me apoyaba en todo. No se merecía mi desconfianza y soberbia.

—¿Sofi me acompañas al tocador? – pregunté mientras me levantaba de la mesa.

—Claro – dijo lanzándome una mirada cómplice.

—Nunca entenderé porqué las mujeres van al baño en pareja – dijo Erick y Joel rió.

—¿¡Por qué no me lo contaste!? – casi me gruñó Sofi.

—Lo siento, lo siento, lo siento. Sé que no es una buena excusa, pero simplemente no estaba preparada. Y debo admitir que tampoco esta noche lo estaba, pero no sé – dije ladeando la cabeza confundida.

—_____, tienes novio, ¿Cuál es el maldito problema? – dijo ella ofendida.

—Es Joel, Sofía. No sabía como lo tomarías – me excusé.

—Es el primo de Christopher, ¿Y qué tiene que ver eso conmigo? Más bien pregúntate como lo tomará Christopher cuando se entere – me advirtió.

Suspiré.

—Erick dijo que no sabían nada de él en Loja, así que no creo que volvamos a verlo. Y tampoco tiene porqué molestarse. Sabes que lo que teníamos acabó – dije y el tono de mi voz casi quebró al final – Pero ese no es el punto, no te enfades conmigo – le pedí.

—Sabes que soy demasiado buena para enojarme contigo – dijo mientras retocaba sus labios con un gloss.

—Eres la mejor – sonreí mientras la abrazaba.

—Lo sé. Ahora dime, ¿Qué tal es Joel?

Sonreí.

Enamorada de un Mujeriego | Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora