Capítulo 132

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{Narra Christopher}

—¿Cómo te está yendo en la empresa? – le pregunté a Sara mientras bebía un vaso de jugo exprimido.

Ella me observó encantada.

—De maravilla. Soy toda una mujer de negocios – se regocijó satisfecha.

Arqueé una ceja divertido.

—¿Qué tal el personal? ¿Tienen una buena relación?

—Por supuesto, son todos muy amables. Y nos llevamos muy bien.

Desvió su vista de mí, para seguir ojeando aquella rara revista.

Dejé el vaso en el fregadero y observé con disimulo el artículo que Sara estaba leyendo.

"Vestido de casamiento perfecto", decía el titular.

La sangre se me fue del rostro. Eso no era posible.

¿En realidad ella estaría tomándoselo tan en serio?

No quería herir sus sentimientos, pero mi frío comportamiento aquellos dos años no podría haberle dado indicios de nada. Los mejores momentos que habíamos pasado eran en la cama, fuera de allí yo solo era el rey del hielo.

—Debemos hablar – le avisé con seriedad antes de retirarme del comedor.

Como ya estaba decidido, terminaría con el asunto lo antes posible.

Tenía fuertes esperanzas de que _____ volvería conmigo. Sabía que ella estaba confundida, pero era probable que si yo dejaba a Sara, ella haría lo mismo con Joel.

Estábamos destinados a estar juntos, no importaba cuan buen tipo fuera Joel. Mi corazón le pertenecía a ella, y el suyo a mi. Y aquello nadie lo cambiaría.

{Narras }

Me desperté en el sofá. Joel me tenía aferrada de la cintura. Y mi trasero estaba completamente pegado a su miembro. Me removí intentando no despertarlo, pero parece que eso solo logró despertar a su amiguito.

—Mmh – jadeó él con suavidad sobre mi oído.

—¿Estás despierto? – le susurré, inmóvil.

—No lo sé, aunque estoy seguro de que estoy en el cielo – dijo en mi mismo tono de voz.

Carcajeé y me dí vuelta quedando enfrentada a él.

—Hola – dijo con un solo ojo abierto.

Volví a reír y acaricié su mejilla.

—Tenemos que levantarnos. Ya debe ser mediodía – le dije mientras jugaba con un corto mechón de su cabello rubio.

Él frunció el ceño.

—Quedémonos aquí. Abrazados. Solo un rato más – pidió él acercándose hacia mí.

Hundió su rostro en mi cuello y su cálida respiración sobre mi piel, encendió todas las terminaciones nerviosas de mi cuerpo.

Enamorada de un Mujeriego | Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora