{Narras Tú}
—Bien – sonrió y suspiré – ¿A dónde quieres ir?
Gran pregunta.
—Déjame conducir – le dije tomándolo de la mano y dirigiéndolo al estacionamiento.
Christopher me detuvo acorralándome por la cintura. Su mirada estaba plagada de curiosidad, deseo, pero también de advertencia.
—¿Tienes licencia? – preguntó suspicaz mientras enarcaba una ceja.
—¿Eh? – dije distraída – Oh, sí – mentí.
Él me miró y se rió burlón.
—Mentirosa.
—Bueno, está bien, puede que no tenga papeles, pero Erick me ha dicho que soy excelente conduciendo – ataqué.
—¿Erick? – gruñó – ¿Erick te ha prestado su auto?
—Sí, y no ha habido quejas – volví a mentir con una sonrisa pícara y la frente en alto.
Sabía que él se sentía superior a Erick, con absolutamente todo.
Así que no sería difícil convencerlo de que me deje conducir, si le decía que Erick lo había hecho también.
—Bien, puedes conducir – cedió y sonreí.
Levanté mi mano derecha en jarra y lo miré desafiante.
Ni yo podía creerme que me iba a dejar conducir su auto de alta gama.
Yo no tenía licencia, pero había aprendido a conducir a los dieciséis en Quito, junto a un amigo.
—¿Quieres las llaves? – preguntó pícaro y lo miré como si fuera lo más obvio – Pues gánatelas.
¿Quieres jugar Vélez?
—¿Qué tengo que hacer para ganármelas? – pregunté mientras tocaba su pecho y suspiraba.
—Bueno... Quizás podrías hacerme un... – lo interrumpí.
—¡No seas pervertido, Christopher! – casi le gruñí, pero un amago de sonrisa divertida se plantó en mi rostro.
—Solo bromeo – levantó las manos haciéndose el inocente.
—Ya... Dame las llaves.
—Dije que debes ganártelas – reiteró ansioso.
—Bien.
Piensa rápido, piensa rápido.
¡Lo tengo!
Me acerqué a su boca y suspiré. Pasé mis brazos por detrás de su cuello, y acerqué mis labios a su mejilla.
{Narra Christopher}
¿Cómo es que de un momento a otro la tenía en mis brazos? ¡Había cedido! Al fin podía tenerla tan cerca y sin preocupaciones.
Me había pedido que me escape con ella, y yo había aceptado incluso antes de haberlo sabido.
Tenía a la mujer que amaba intentando ganarse mis llaves, besuquedándome todo el cuello con picardía.
Ya no aguantaba más, si seguía así conseguiría que mi pantalón estallara.
La tomé del mentón, y capturé sus labios entre los míos.
Se sentía bien, tan dulce.
Me complementaba, la deseaba, la amaba, no sabía como vivir sin ella.
—Ya te las gas ganado – me rendí.
{Narras Tú}
—Genial – sonreí.
Pan comido.
Me dirigí al auto, y una vez dentro de él, Christopher se subió al lado del copiloto.
Al instante noté lo nervioso y tenso que estaba.
—¿Tienes seguro? – pregunté en broma.
Él me miró casi sarcástico.
—Sí, si tengo. Pero más te vale que no le pase nada al auto o si no... – me advirtió pervertido.
—¿O si no qué? – pregunté desafiante.
Se abalanzó sobre mí, y comenzó a besuquearme.
Sorprendentemente lo aparté.
—Más decencia, Christopher – él se rió.
Emprendí el viaje.
Ya tenía una clara idea de a donde quería ir.
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Enamorada de un Mujeriego | Christopher Vélez
Fanfiction...y entonces descubrió que sin amor, todos los besos saben a lo mismo...