Capítulo 107

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{Narras }

Aparté a Joel de un tirón, el cual me miró confundido y luego lo entendió.

—Joel – dijo Christopher con voz peligrosamente animada – Que bueno verte, primo – enfatizó casi con sarcasmo la última palabra.

—Hola Christopher, ¿Qué tal has estado? – preguntó mi novio con total naturalidad.

El castaño desvió su mirada hacia mi, y arqueó una ceja.

—Genial, gracias. ¿_____? – dijo Christopher y mi mueca se acentuó más – ¿Podemos hablar?

"Oh, oh".

—Sí – dije luego de unos segundos y con voz temblorosa.

—En privado – aclaró Christopher.

¿Debía concederle aquello? Lo que sea que fuera a decirme, Joel podía saberlo. ¿O no?

Él apretó su mano en mi cintura, casi podía masticar la tensión en el aire.

La mirada de Christopher fue desde mi rostro, hasta la mano de mi novio, y luego suspiró.

—Vé adentro, cariño – le pedí a Joel – Voy en un minuto.

Joel besó mi frente con más posesión que dulzura y se marchó. Tomé aire, y caminé unos pasos a través del corto jardín delantero que me conducía hasta Christopher.

—No dices nada – dijo el castaño luego de unos minutos.

—¿Debería? – cuestioné sin mirarlo.

—Deberías explicarme – afirmó.

—¿El qué?

Su mirada no ayudaba a la creciente esfera de nervios en mi interior. Jamás lo había visto así. Parecía decepcionado, pero enfadado aún más.

—¿Cuándo pensabas decirme que eres novia de mi primo?

—No tenía porqué decírtelo – casi exclamé, con firmeza.

Él arqueó una ceja, y luego rió burlón.

—¿No existen los códigos? – preguntó con arrogancia.

—Deberías haberlos recordado cuando besaste a Andrea, ¿No crees? – escupí, ácida.

—Es decir, ¿Esto es una venganza o algo así? – dijo con tono divertido, pero petulante.

—¿Venganza? – lo escruté con la mirada – ¡Amo a Joel! – le grité furiosa, y casi con intenciones de que le doliera tanto como a mí me había dolido lo de Andrea – Él me trata como se debe, jamás me engañaría, y es totalmente encantador – resalté – ¿Cómo no enamorarse de él?

Él suspiró con una sonrisa.

—¿Acaso no decías lo mismo de mí?

"Esa no la venir".

—Nunca dije que no me engañarías – le recordé y pude ver como se quedaba sin palabras.

{Narra Christopher}

¿Cómo podía hacerme esto? Se que yo no hablaba con Joel, y ya habíamos cortado vínculos, pero ¿Acaso no era muy descorazonado salir con el primo de tu ex? "Ex", dos putas letras que me dejaban petrificado.

—Nunca dije que no me engañarías – me dijo fría y sentí como se me estrujaba el corazón.

Ella tenía razón. De todos modos no podía evitar el enojo que sentía, sabía que Joel era un buen tipo y podría enamorarla en un abrir y cerrar de ojos, la trataría como a una princesa, y la querría como a nadie.

¡Pero _____ era mía! ¡Mía!

—En fin, ¿El motivo de tu visita? – preguntó luego de un momento.

Quería seguir con aquella conversación, quería gritarle que me dolía verla con otro, y no porque fuera Joel, si no porque fuera alguien que no era yo, quería que me reproche por cada estupidez que cometí, verla enfadada y con ese tierno sonrojo que solía notarse en sus mejillas cuando quería explicarse y no podía, pero su frialdad me carcomía el alma, ¿Y qué podía hacer yo? Ella tenía a Joel, y yo a Sara.

—Creí que te agradaría ver a tu amigo – dije sereno intentando descifrar la maraña de pensamientos que vagaban por mi cabeza.

Ella me miró confundida, y fue entonces cuando notó al animal en mis brazos.

—¿Miel? – murmuró con esa voz que podría hacerme caer de rodillas y rogarle que vuelva conmigo. Sonrió nostálgica y levantó las manos para que le entregara al perro.

Al levantar su mano izquierda, algo en su muñeca llamó mi atención. Unas cuantas pulseras doradas, que nunca había visto, cubrían una especie de tatuaje. Parecía ser una palabra o un nombre, no lograba distinguirlo, y no me atrevía a tocarla por miedo a tensar las cosas.

_____ tomó al chihuahua en sus brazos y lo acercó a su rostro para darle cortos besos en la cabeza y en las orejas. Estúpidamente envidié al pobre animal.

Miel ronroneó satisfecho, la recordaba, ¿Cómo olvidarse de ella?

Enamorada de un Mujeriego | Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora