Capítulo 19

8.7K 538 5
                                    

{Narra Christopher}

No quería que se fuera. Había pasado la mejor noche de mi vida con la mujer más increíble que había conocido. Me dolía que se mostrase distante. Llegué a suponer que quizás no le había gustado. No es que fuera un instinto arrogante o egocéntrico pero simplemente descarté la idea. Nunca me había pasado, y ella hasta antes de irnos a dormir se había mostrado evidentemente satisfecha.

Lo sabía, pero no quería aceptarlo. El hecho de que yo no quisiera nada en serio la había molestado, ¿Pero que podía hacer yo?

—¿Qué quieres que hagamos? – finalmente la había convencido de quedarse.

"No le pidas sexo, ¡No le pidas sexo!", gritaba mi subconsciente.

—Considerando que es domingo, ¿Qué tal si vamos a algún parque de atracciones? – pregunté asombrado de mi mismo al escuchar lo que dije.

—Parque de atracciones – repitió asombrada – ¿En serio?

—Claro.

—Suena divertido, déjame ir a casa a bañarme y vuelvo en quince minutos.

—Bañate aquí – dije automáticamente.

—No tengo ropa aquí.

La miré mientras sonreía.

—No importa.

—Pervertido – rió – En serio, vuelvo en quince minutos.

Plantó un beso rápido en mi mejilla y salió disparada a la puerta.

Me cambié rápidamente, un jean negro, una camiseta negra, una de mis tantas gorras y unos tenis negros.

Puntual y lista apareció quince minutos después _____ en mi puerta.

Me deleité mirándola. Llevaba puestos unos shorts de jean, y una camiseta blanca a la altura del ombligo y sus converse blancas.  Su cabello lo llevaba suelto.

—¿Cómo lo has hecho?

—¿El qué? – preguntó ella.

—Arreglarte así de hermosa en tan solo quince minutos.

—Gracias – un dulce rubor cubrió sus mejillas – ¿Vamos?

—Vamos – respondí.

Decidimos ir a buscar a los chicos. Emily estaba ocupada con su trabajo y no pudo venir.

Llegamos al parque, y noté a _____ emocionada.

—¿A dónde vamos primero? – preguntó Zabdiel.

—A la montaña rusa, por favor, por favor – chilló _____ como niña pequeña.

Joel sonrió y la tomó en brazos mientras corrían hacia la montaña rusa.

Lo miré expectante mientras caminábamos con Zabdi detrás de ellos.

—¿Qué sucedió anoche? – preguntó el panda.

Las imágenes de la noche anterior pasaron como un remolino por mi cabeza.

—Nada – respondí y él me miró arqueando una ceja – Nada que te interese – aclaré riendo.

—Vamos, cuenta, Vélez – rió él también.

—No te imaginas – empecé – Dios, ella es increíble en la cam... – _____ apareció frente a mí y me quedé paralizado.

—¿De quién hablan? – preguntó ella con una sonrisa.

¿Era realmente inocente o habría escuchado?

—De nada, apúrense que la fila será larga – contesté nervioso.

Avanzamos y luego de 10 minutos de espera, subimos a los asientos.

—¿Qué sucede? – preguntó _____ mientras esperábamos que todos los asientos se llenen.

—Christopher le teme a las montañas rusas – aclaró Joel y le lancé una mirada fulminante.

—¿Y por qué te has subido? – preguntó ella mientras me miraba curiosa.

—No les temo, Joel. Deja de mentir – él comenzó a reír.

Afortunadamente los asientos eran de a cuatro. Así que entramos todos.

Enamorada de un Mujeriego | Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora